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A diferencia de Iria con su mensaje de texto a Julia, mi mensaje de texto a Sardrián sí obtuvo respuesta diez minutos atrás.

Casi al mismo instante en que Matt Ulloa se fue sin conseguir que Iria le aceptase la cena. Ya me decía yo que ella tendría el carácter para dar su respuesta a favor de ella y no de las circunstancias. Así es. Lo cual, siempre me va a parecer admirable. Porque no se trata solo de elegir por uno mismo. Se trata de mucho más: valentía, coraje, o empuje, para no ceder ante ofertas que ni bien en el presente, ni en el futuro, nos aportarán nada valioso.

Es como cuando tienes una encrucijada y alguien más te aconseja que hables para liberarte. Sin embargo sabes que esa persona solo obtendrá un panorama del problema al que no le dará solución. Porque dicha resolución está en tus manos. Más las de la persona que te llevó a esa encrucijada. Por ende, sería una pérdida de tiempo andar contando el litigio.

En suma: para Iria, ir a cenar con Matthew, es perder el tiempo.

— ¿Nada aún? –me intereso.

Iria niega sin verme. Pues su atención está junto a la pantalla de su móvil.

— Lo tiene apagado...–agrega para mí.

Sé que está con Sardrián y conozco además que la iniciativa de apagar móviles es cosa de él. Mi hermano no quiere que su amiga de alguna manera interfiera en sus planes. Y Julia por su parte tampoco creo que esté deseosa de prestarle mucha atención.

— Tranquila...seguro está bien.

— Eso espero. Puede que llegue a la partida de dominó –supone–. Quizá solo se trate de que ande oculta por vergüenza respecto a lo de anoche...

— Nunca se sabe...yo he conocido borrachos que al día siguiente se sienten así. Avergonzados por haber bebido sin control

— Bueno pero Julia no es borracha.

— Puede ser pero estaba muy ebria...

— No debió ir, se habrían evitado muchas cosas

Al verme, espero que anuncie la retirada. Son las cinco según las campanas de la Iglesia Católica. No obstante, Iria ha olvidado el detalle de que las mesas están aún fuera de la bodega.

— Gracias.

— No entiendo...

— Por haber detenido a Julia anoche. Estoy muy segura de que ella no te agradeció...y la realidad es que

— Me salvó de que me llevaran detenido. Con eso me di por bien servido. Además estaba borracha.

— Sí pero el alcohol en vena no debe ser aval para equivocarnos, ni excusa para encubrir nuestros errores...y a menudo eso lo olvidamos.

— Gracias.

Nuestro contacto visual se rompe para entonces. Comienzo a llevar una mesa a la bodega y termino llevándolo todo adentro.

— Iria.

Reconozco, al igual que ella, que se le ha juntado el ganado. Cuando el poli pelirrojo, creo que se llamaba Nel...o algo así, acaba su trote y la alcanza.

— Nel ¿Qué ocurre?

Uff –respira– creí que no te alcanzaría, hola Chuker.

Y así, vuelvo a ser casi un espectador omnisciente de esta plática. Pues como antes hizo Matthew, Nel, tras saludarme de soslayo hace como que no existo.

— Va a haber un reventón en el Caney de la plaza, como una especie de iniciación antes del Carnaval. ¿Quieres acompañarme?

— ¿No estás de servicio?

El Caos de los Chuker © Completa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora