Epílogo

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Llegué a Rooth como parte de una investigación policial. Creía en mi inocencia pero no poseía el suficiente temple para defenderla. Mis hermanos estaban desechos de cara ante la nueva realidad y yo no tenía esperanzas. Arribé el Motel con buena cara, aunque por dentro ese golpe me carcomía la felicidad como el fuego devora las brasas. Quería ser feliz pero mis crudos pensamientos me llevaban a meditar si la vida siempre iba a reducirse a aguantar golpes sin más.

Sostenía que mi existencia estaba compuesta por retazos de es desilusiones y amargos sinsabores. Creía que la melodía de mi vida no sonaba tan bien como las canciones de Raeél, sino que su apreciación era más bien como un ruido de interferencia. Por tal razón era poco agradable para quienes me rodeaban y para mí. No obstante, algo ocurrió. El caos en donde estaba sumido se transformó con su llegada. Empecé a disfrutar la vida. Asimismo comprendí que no era bueno ni malo todo lo que me había pasado; era parte del trayecto.

El impacto de nuestro amor fue tan especial como para, entre otras cosas, volverse el amuleto constante de mi futuro, un presente extendido al que le di forma de colgante. Tomé la piedrecilla de las preguntas y un artesano la volvió el dije de un collar. Pues de ese modo recordaré que Iria vivió, y le ofreció un rumbo diferente a mi vida. Es cierto que nuestro amor fue de pocos días, por ende, no hubo espacio para conocer uno del otro cada rasgo de nuestra personalidad, sin embargo, fue suficiente para amarnos, confiar y elegirnos. Iria me hizo conquistar ese temple que residía dormido en mi interior. También a causa de ella me desvelé por amor, y aun con el paso del tiempo se esencia influyó de alguna manera para que me volviese adicto a una taza de café, a coleccionar cajitas de té, a la navidad y a los calcetines.

A propósito de su partida asimilé que podemos ser golpeados; más no derribados. Si tenemos fe en construir un futuro mejor, podemos aferrarnos a ello y por causa de Iria preferí no dejarme tumbar y mantenerme firme. Divisé los planes necesarios para lograr mis sueños, e inicié la carrera para cumplirlos, aún si cabía la posibilidad de fallar o no; porque es mejor intentar que vivir con miedo.

Yo siempre tuve miedo pero la existencia de Iria me dio un ejemplo de valentía a seguir.

Así que después de bajar de aquel tren mi vida comenzó a ordenarse: Nora aceptó mi oferta, el mismo día que me entregó el llavero de Iria. Me arrodillé para abrazarla, regocijándome en la dicha y la felicidad por estar cumpliendo uno de los sueños de mi novia: llevarme a su madre fuera de Rooth. También me fui con la botella de cerveza que me regaló al conocernos, usando el gorro beige y teniendo en las maletas los abrigos que compramos a juego con las gorras en Costa Dever. Asimismo conservé el llavero para hacerlo mío y el álbum de fotos Irmiel.

Nora decidió entregar sus ropas y accesorios a las asociaciones benéficas que Iria apoyaba. De igual forma entregó a la iglesia de Rooth las pertenencias de su esposo, esas que guardaba en su clóset como si él aún viviera, pidió que fueran entregadas a los adictos que eran parte del programa de alcohólicos anónimos que patrocina la institución. A sazón de esa elección, Nora me comentó que su más reciente deseo es seguir adelante llevando a su esposo en la memoria y en el corazón, pero no más como cierta parte del pasado que no puede superar. En ese punto la comprendí, pues era algo normal que como todos, ella quisiera avanzar.

En síntesis: comprobamos que éramos inocentes, dejamos a Rooth atrás. Podría decirse que retornamos a un punto en el que ya habíamos estado, aunque de forma similar, no igual. Era imposible que las experiencias de este año no dieran una evolución a nuestros deseos y a aquellas acciones que por tanto tiempo pospusimos, comenzando por Raeél. Mi hermano llevó a cabo una limpieza en su habitación para recoger todas sus canciones escritas, terminó las incompletas y se animó a crear nuevas. Dos años después firmó con una discográfica reconocida que está a punto de concederle su primera gira mundial.

El Caos de los Chuker © Completa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora