31

149 106 16
                                    

No podía dejar que llegase a más el encuentro en el pasillo de comisaría, aunque tampoco mi negativa significa que no lo desease. Me vibraba el cuerpo porque algo sucediera, e incluso por unos segundos fantaseé con un lugar a donde podía llevarlo para hacerlo, pero debía imponerme.

Y lo tocante hice: me fui, hasta que llegué serena al Café junto a Aria que sabía del interrogatorio.

— ¿Cómo ha ido? –indaga desde el interior de su casa.

— Bien.

— Me alegra, además descuida chica, ambas sabemos que Igor las interroga como paripé, él sabe que ni su hija ni tu asesinarían a nadie.

— Tienes razón, no lo había pensado la verdad.

— Basta de chácharas y ponente a trabajar, ¿Axmiel no viene?

— No sé...

— ¿No lo viste en la sala de espera?

— Algo sí...pero no me mencionó si vendría o no.

— Bueno, ya veremos, toca esperar.

Resulta que sí viene. Cuando estoy bastante aburrida sentada en el suelo, se aparecen los Chuker, Fiona y Julia a tomar unos licuados. De manera que es mi compañero de trabajo quien se los prepara.

Sardrián es el primero en alagar a su hermanito, luego el resto le da la razón. Julia rodea la barra para entrar al portal y tomarme del codo. Entonces, sin pelos en la lengua más con un marcado susurro, me interroga.

— ¿Qué ocurre entre ustedes? Ya no me cuentas nada cariño.

Eso no suena a reproche pero lo es.

— No es eso, sino que aún no es el momento.

— Ay Iria ni que estuviéramos en elecciones presidenciales, o a la espera del fallo de algún jurado. Lo que intento decirte es que no hay una fecha ideal en el calendario. El momento para contarme qué está pasando contigo es el mismo segundo en que decidas hablar.

— Vale, pero no ahora.

Señalo con los ojos la presencia de todos, por lo cual Julia entiende que quiero tratar el tema en privado. Y me suelta el codo. Por demás, regresa junto a su novio mientras se topa con la presencia repentina de Candela.

De inmediato me cuestiono qué hace aquí cuando debería estar con mi madre, pero no lo menciono. El grupo con una expectativa en mayor o menor medida ve a la recién llegada.

Ella se acerca y profiere su petición tan audible como increíble.

— ¿Raeél podemos hablar?

Imaginé que su respuesta fuera del tipo: "ya estamos hablando", pero no. El mayor de los Chuker sigue los pasos de Candela para alejarse de nosotros. Por lo tanto cada ojo queda encima de ellos en su retirada, porque nos parece insólito que esos dos tengan algo de qué hablar, más si es en privado.

— ¿Desde cuándo la snob es la amiga? –plantea Mirko.

No espera respuesta, su pregunta es más bien un señalamiento.

— Ay bebé que ingenuo eres –aprecia Fiona–, eso es ser más que una amiga, esos dos cogen, segura estoy.

— ¡Fiona no! ¿Qué dices mujer? –se escandaliza él.

— ¿Qué? No digo nada malo

— Déjala hombre –media Sardrián.

— Nada más lejos de la realidad bella mía, Ra y Candela se odian, además ella es la hija mayor del alcalde de Rooth, ya te dije que él nos odia. Y con él, me refería a todas sus hijas.

El Caos de los Chuker © Completa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora