Capitulo 2 Sorpresa Parte IV

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Babel

—Angel, Angel ¿estás bien? —Sonaba una tenue voz del señor Martín, mientras los oídos torturaban al joven Angel con su típico pitido molesto, tinitus.

—Sangre —Menciona con una voz exhausta y sin aliento —Necesito Sangre —Añade el Vampiro Angel.

Seguía aturdido y sediento, muy cansado y débil el pobre joven vampiro que se encontraba en el suelo del salón en donde se encontraba.

—¡¿Alguien tiene sangre que nos pueda dar!? —Grita Martín lleno de preocupación por su jovencito Angel.

Los Mayordomos de los demás Vampiros estaban igual, la familia de Adrik estaba como loca moviéndose para poder atenderlo y al señor Adam y Mike solo los atendía sus mayordomos. Los amigos de Angel se encontraban bien, ya que Alec los sanó con su habilidad, simplemente sus Mayordomos le estaban dando algo de sangre para recuperarse.

—Así que ésta fue la caza que salió todo lo contrario —Menciona Baltazar quitando su puro de la boca y su mirada que te perfora el alma.

—Exactamente, les salió todo lo contrario —Comenta Leuthier con su voz seria.

—¿Ustedes trajeron Sangre?, para darle a mi sobrino —Dice James hacia sus dos amigos.

—No, no traje nada James —Menciona Baltazar moviendo su cabeza de lado a lado diciéndole que no.

—¿No te trajiste nada?, señor doctor —Dice Leuthier sorprendido.

—No, esta vez si vine vacío —Contesta James

Los Mayordomos de Angel se encuentran en apuros, ya que el Vampiro no puede durar tanto tiempo así, corre el riesgo de morir.

—No hay sangre —Menciona Sam lleno de nervios.

—Creo que le tengo que dar de mi Sangre —Comenta Martín dando a entender que es su ultima opción

—¡¿CÓMO!? —Gritan los otros dos mayordomos asombrados.

—¿Estas Seguro? —Dice Andrómeda asombrado.

—Te va a matar si lo haces, te va a dejar sin ninguna gota de Sangre —Comenta Sam advirtiéndole.

—¿Entonces?, ¿Qué prefieren, que se muera él o que corra el riesgo de morir? — Pregunta Martín.

—Hey, relajados, encontré dos bolsas de sangre O positivo para Angel en mi coche —Comenta Alec que se mete en el grupo.

—Dios mío que alivio —Dice Sam encontrando esperanza.

—¡Muchas Gracias Alec!, Espero se recupere de golpe —Expresa con ilusión el señor Martín.

—De nada, con eso creo que será suficiente —Comenta Alec con una sonrisa.

Mientras Martín abría las bolsas de Sangre, Angel seguía aturdido y sediento, no podía ver con claridad y no escuchaba bien, se encontraba adolorido, con dolor de cabeza, el interior de su pecho aplastándolo y como si se estuviera quemando por dentro, no podía moverse ni un centímetro, estaba muy débil.

—Sangre... Sangre... —Decía el exhausto Vampiro, estando mareado y con su visión borrosa y poco estable, como tampoco podía escuchar mucho.

—Tranquilo, tranquilo, toma aquí —Martín le pone la bolsa en la boca para que comience a beber.

El pobre Angel comenzó a beber, una que otras gotas de sangre le chorreaban, parecía un bello durmiente, su piel blanca hacía juego con la sangre y su ropa negra y sus ojos brillantes de color rojo con su mirada perdida y débil, pero lamentablemente volvió a perder la conciencia, solo quedo su boca abierta, para darle sangre.

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