Capítulo 10 Mis instintos.

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—Déjame ayudarte con el mareo dándote un jugo frío —dijo Martín con alegría por ver que Angel ya estaba despierto, tomando camino hacia la cocina.

James dio ciertos pasos hacia él, poniendo su mano en su cuello para simular que toma su temperatura, acercando demasiado su rostro al oído del moribundo.

—Angel, hay humanos aquí, cuida tus palabras y compórtate como un humano —susurró lo más bajo posible en su oído, lo cual todos los Vampiros lo escucharon por sus poderosos sentidos agudizados, con excepción de Naomi que es la "más normal" del cuarto —, el jugo que te traerá Martín es un jugo de uva, con un poco de sangre para que te repongas un poco, sí ocupas más jugo me dices que quieres más jugo, para traerte un vaso grande —añadió con una voz amable.

Angel simplemente asintió con la Cabeza y James se alejó de él disimulando bastante bien. Naomi seguía sin decir ninguna palabra que destacara su tono de voz, no quería ser mandada al carajo por Angel al estar aquí, en cambio los demás pensaban que ella lo hacía para darle una sorpresa cuando se entere.

—Su temperatura ya está bajando a lo normal —dijo James con seriedad.

—Que alivio, de verdad —suspira Andrómeda liberando la tensión que sentía.

—Bien, he llegado con un poco de Jugo —entra Martín con el jugo en mano tomando camino hacia donde se encuentra Angel —, toma, trata de tomarlo todo —dijo en voz baja.

—Gracias —respondió de manera seria agarrando el jugo aún con los ojos cerrados, comenzando a beber que de manera inmediata se tomaba el jugo —, quiero más —dijo jadeando, extendiendo el vaso para que lo agarren.

—Si, en un momento te traigo un vaso más grande, querido —dijo Martín con una sonrisa agarrando el vaso y yendo inmediatamente a la cocina.

—¿Cómo estás sintiéndote hijo? —preguntó Baltazar de manera atenta.

—Ya un poco mejor, pero sigo mareado —respondió con una voz adolorida.

—¿Sientes dolor en algún lado? —preguntó Leuthier un poco preocupado.

—Si, todo mi cuerpo me duele, me siento muy pesado, al igual que mi cabeza está muy pesada y todo me da vueltas, también tengo fiebre —dijo Angel con una voz cansada.

—Por la fiebre ya no te preocupes, ya tu temperatura está bajando —dijo James con seriedad.

—Ya no me preocupo por nada tío, ya que usted es el mejor médico del mundo —comentó con una sonrisa.

—Me halagas, pero sé que no es así —dijo con una sonrisa.

—Sí es así, me has curado de muchas cosas y ni hablar de tus investigaciones, tú eres realmente quien está buscando la cura contra la esclerosis múltiple y todas esas cosas imposibles de curar que son autoinmunes, eres el mejor. Ayudaste a muchas familias en momentos tan devastadores, eres alguien de admirar —comentó con mucho orgullo hacía su tío que es un gran médico.

—Solo hago mi trabajo —dijo James con pena al ver como su sobrino lo halaga y admira.

—Aquí te traigo más Jugo —dice Martín entrando a la habitación sosteniendo un vaso grande.

—Muchas gracias, Martín —comentó mientras agarraba el vaso con fuerza y comenzaba a beber muy acelerado, tomándose el vaso por completo.

Naomi
De seguro estaba muy sediento, no había consumido agua de manera oral, es comprensible —dijo sorprendida al verlo acabarse el jugo en un par de segundos.

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