CUATRO

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CAPÍTULO CUATRO | PARA QUIÉN PECA LA CAMPANA

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CAPÍTULO CUATRO | PARA QUIÉN PECA LA CAMPANA

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CUALQUIER COSA QUE QETSIYAH LE HUBIERA HECHO A STEFAN, NO TENÍA ABSOLUTAMENTE NINGÚN RECUERDO DE QUIÉN ERA. Damon estaba seguro de que lo había manejado y que podía reunir a Stefan con sus recuerdos, pero Klara no pudo evitar entrar en pánico. Dejar a Damon a cargo de cualquier cosa siempre terminó mal.

¿Crees que somos idiotas por dejar a Damon a cargo de la amnesia vampiro de Stefan?.- Elena miró al vampiro rubio. Las dos chicas estaban sentadas en la sala de estar, tazas de café en la mano.

Quiero decir...- Klara se quedó atrás. Ella sabía que dejar a Damon a cargo no era uno de los mejores planes que habían tenido, pero él era el hermano de Stefan; si alguien podía desencadenar algo dentro de él, sería Damon.- No quiero llamarnos idiotas, pero...

Elena se rió.- Pero somos idiotas

Sí.- Klara exhaló profundamente. Se pasó un dedo por el pelo y cerró los ojos mientras una ola de culpa lavaba.

No es culpa tuya, ¿sabes?.- La doppelgänger miró a su mejor amiga con una mirada comprensiva en su cara.- No sabías lo que le había pasado, Klara. Deja de culparte a ti mismo.

No puedo evitarlo.- El vampiro de Adams respondió.- Quiero decir, he pasado tres meses esforzándome tanto por odiar a Stefan, a quien pensé que rompió conmigo. Pero resulta que fue su malvado doppelgänger.

Lo va a entender.- El Gilbert le dio a Klara una sonrisa de ánimo. Sabían que la capacidad de perdón de Stefan no tenía paralelo, por supuesto que no la mantendría contra Klara.- Así que deja de ser tan duro contigo misma. O te patearé el trasero.

Las dos chicas se rieron tranquilamente, tomando el sol en el momento de completo silencio. Había pasado un tiempo desde que cualquiera de ellos había podido sentarse y charlar como solían hacerlo. Antes de todo el drama de los vampiros, Elena y Klara tenían una amistad increíble.

Klara sacó su teléfono de su bolsillo para comprobar la hora. Había pasado un tiempo desde que las chicas habían oído hablar de Damon y ella estaba ansiosa.- ¿Piensas... crees que deberíamos ir a buscarlos?

Una sonrisa se movió por los labios de Elena.- Si tranquiliza tu mente, entonces seguro.

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Mientras Klara y Elena entraban en el bar donde vieron a los dos chupitos de los dos hermanos Salvatore tintineando juntos, un burla dejó los labios de Klara. Ella debería haber sabido que los dos terminarían bebiendo durante el día sin preocuparse por el mundo.

Piece by Piece | Stefan Salvatore [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora