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—¡Suelten al dragón!

Las puertas se abren y el dragón salé de su pequeño escondite... el dragón, una rata, Dino tan solo la absorba mientras que la rata persigue a Seungkwan quien corre de un lado al otro para no ser alcanzado por el animal, y Hansol, quien tiene una sabana en la cabeza se trepa a uno de los estantes altos de Seungkwan. No entiende el juego.

Dino solía pensar que su imaginación era buena, pero no lo es, la pequeña rata parece asustar a Seungkwan y a Hansol como si en realidad fuera un dragón, pero Dino no puede correr como ellos y no puede tomar una espada de juguete y fingir que es un caballero como Seungkwan, tampoco puede ponerse una sabana y ser una princesa. No es Halloween. Y ciertamente no llevan disfraces.

—¿Qué sucede Rey?— Pregunta Seungkwan inclinando su cabeza mientras se acerca a él. —¿no te asusta el dragon?

—Es una rata.

—Evolutivamente pudo haber sido un dragón.— Dice Hansol bajándose del estante.

—Estamos jugando, no tiene que ser un dragon de verdad.— Seungkwan toma a su rata y la coloca en su cabeza, el roedor escondiéndose entre su cabello. —¿quieres jugar otra cosa? Podemos ser piratas.

Dino observa todo de pies a cabeza. Hay juguetes, un montón de peluches de tigres, la jaula de la rata –aunque esta pasa más tiempo afuera- juegos de mesa y rompecabezas. Todo parece divertido.

Algo llama su atención.

—¿Qué es eso?— Apunta a una esquina.

—Es un tren. Papá Hoshi dijo que lo armaríamos en cuanto pudiera, pero creo que no sabe como.

Dino inclina un poco la cabeza y se acerca a la gran caja con curiosidad. Se parecen a los legos de Jeonghan, hay muchas piezas que se juntan. Se sienta en el suelo y comienza a juntarlas.

—Eso es muy aburrido.— Balbucea Hansol dándose la vuelta y comenzando a escalar uno de los estantes.

—Si, aburrido.— Asiente Seungkwan.

—Cuando esté terminado no pensaran eso.

—¿Qué vas a hacer?

La pregunta queda allí mientras Dino se concentra. No sabe cuantos minutos pasan, pero sabe que son varios, porque consigue terminar y llevar a cabo su plan.

—¡Auxilio!— Grita Hansol.

—Seungkwan tendrá que salvarte.— Dice Dino observando como el tren se acerca al cuerpo recostado de Hansol. —Pero primero debe pasar la prueba.

—¡Espera, Sollie! ¡Ya casi termino de armar el rompecabezas!— grita Seungkwan intentando encajar las piezas en su lugar.

No se necesita mucha imaginación cuando se hace algo real.

La rata de Seungkwan maneja el tren. ¡Ahora si da miedo!

Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora