Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]

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Seungcheol está a punto de amarrar a Jeonghan a la cama o de cortarle el brazo. Jeonghan tuvo un pequeño accidente y ahora tiene que mantener su brazo en reposo, seria normal que con Jeonghan siendo un poco perezoso todo el tiempo eso sea fácil, tiene algunas vendas y un aparato que lo ayuda a no mover el codo. Dino tampoco es un niño difícil, Dino sabe reconocer cuando debe jugar y gritar y cuando no. Así que Seungcheol pensó que sería fácil...

—¡Jeonghan no puedes usar tu brazo como mesa!

...

—¡No uses ese brazo para levantarte!

...

—¡No dejes que los niños se cuelguen de tu brazo!

...

—¡No agites así el brazo!

...

—¡No puedes cargar a Dino así!

...

—¡¿Por qué buscas la peor manera de dañar aun más tu brazo?!

—Porque estoy aburrido.

Jeonghan hace un puchero acomodando una torre de palitos en su brazo, Seungcheol ya no sabe que hacer con él, solo lleva una semana y Jeonghan casi usa su brazo como martillo o escalera, lo que más lo dañe. Dino también está aburrido, y a veces Dino juega con Jeonghan dejando que este lo cargue y lo ponga de cabeza ignorando su brazo herido. Dios, Seungcheol en serio necesita ponerles una niñera a ambos.

Jeonghan si tiene dolor, pero a veces le da tan igual que quien termina adolorido es Seungcheol. Está a punto de encerrarlo en su habitación y amarrarlo en la cama para que no vuelva a lastimarse. O de encerrarlo en un cuarto acolchado, lo que sea solo por un momento de paz.

Jeonghan está haciendo puchero y Dino también, Seungcheol los regañó a ambos por correr dentro de la casa sabiendo que debían tener cuidado. Se siente como el malo de la película pero cuidar de ambos es difícil. Muy difícil.

Dino deja caer su cabeza en la mesa y un vaso de agua se tambalea hasta caer en el codo lastimado de Jeonghan. Y Jeonghan hace una mueca de dolor encogiéndose en su lugar y acurrucándose en el pecho de Seungcheol.

—¿Qué pasó?— Pregunta confundido. Jeonghan balbucea algo.

—Le dolió.— Explica Dino.

—¿en serio? ¿ese golpecito te dolió?— Jeonghan asiente aun en su pecho. Seungcheol suspira abrazándolo y cuidando de no tocar su brazo. —Eres in-creíble.

El vaso ni siquiera es de vidrio. Un vil vasito de plástico.