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Hansol cuelga de un árbol, no sabe como llegó allí, pero sus dos brazos cuelgan de una rama y está demasiado lejos como para caer, y mayonesa maulla desde abajo, no sabe como bajar. Quizás si se sube al árbol... lo intenta y solo consigue que le duelan los brazos. Entonces quizás debe enfrentar su destino y lanzarse, está seguro de que puede soportar la caída aunque duela, o debería gritar, si, hará eso.

—¡papá!— grita una vez. —¡papá!— Y nadie responde. —Mayonesa, ve por ayuda.

Mayonesa lo mira y maúlla, pero ella no se mueve. Bien, ahora debería de buscar a algún bombero o algo así. Quizás si salta antes de tocar el suelo...

Si cae y salta ¿pero como va a saltar? No puede saltar en el aire, ya lo intentó antes y jamás ha funcionado, entonces debería saltar sobre su propio pie o algo así, pero debe hacerlo rápido porque le duelen los brazos. Mayonesa vuelve a maullar pero ahora ella lo abandona. Bien, ahora está solo en esto. Debería volver a gritar por ayuda, se supone que...

—¡Ah!

En un parpadeo la rama se rompe y él cae al suelo. Y comienza a llorar. Tiene una larga lista del porque está llorando, así que llorará por cada una de esas razones.

—¡Hansol!— Su papá se arrodilla junto a él y Hansol corre a abrazarlo y a subirse a sus piernas. —¿Qué pasó bebé? ¿estás bien?

—Me caí.— Se hace bolita en el pecho de su papá y él lo abraza. —¡Lastime al árbol! ¡Rompí su ramita!

—Ay bebé... ¿no te lastimaste tú? ¿Dónde duele?

—¡Aquí!— Se señala el pecho donde está su corazón. —... y aquí.— señala su brazo con la pequeña herida.

—Ven, vamos a limpiarte.

—¡Pero el árbol!...

—Primero limpiarte.

Su papá lo lleva hasta la casa y limpia sus brazos y su rostro, y aunque Hansol intenta dejar de llorar continua haciéndolo mientras que quiere abrazar a su padre y no soltarlo, y para cuando se da cuenta su otro papá está allí también.

—¡Lastime al árbol!— Le confiesa extendiendo las manos hacia él. Su papá lo carga y señala afuera comenzando a caminar.

—¡Hao! ¡aun necesito limpiarlo! ¡Ven!— Mayonesa maúlla y Hansol mira al árbol con su ramita rota, y su papá señala.

—Hansol, pide perdón.— Parpadea un par de veces y deja de llorar.

—Perdón.— Pone su manita en el árbol y se disculpa.Espera que el árbol lo perdone.


Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora