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Seungkwan mira su bombón con un enorme puchero, la maestra solo lo metió al cuarto de juegos y le dijo que si esperaba cinco minutos a que ella volviera y no se comía el bombón entonces le daría un dulce. Pero Seungkwan en serio quiere comerlo ahora, le gustan los dulces pero su papá Woozi siempre dice que debe esperar para comerlos, le dice que despues de la comida o antes del parque de juegos, y por eso no puede comer tantos dulces como quiere. Solo en Halloween, pero no es Halloween.

Así que tiene un enorme puchero mientras mira su bombón. Si le da una pequeñita mordida quizás la maestra no lo note, una pequeñita mordida en la esquina, donde nadie lo vea, así de chiquita como los da su ratita. Solo un poquito mientras espera. Toma el bombón con una mano y despues lo suelta, porque si le da una mordidita puede no tener su dulce.

Pero quiere comérselo.

Quizás si lo acaricia un poquito pueda quitarle algo de su sabor. Lo toca con la punta de sus dedos y le da pequeñas caricias como a su rata, y es suave, tan suave que es muy lindo. Se aparta y lo mira desde diferentes ángulos.

Es un bombón cuadrado y bonito, blanco. Lleva sus manos a su cara para sostenerse sobre sus codos y mece sus pies que no tocan el suelo, de adelante hacia atrás mientras que mira el bombón ¿Cuánto tiempo tiene que pasar? Mira el reloj y ve que solo ha pasado un minuto ¡un minuto que se siente como una eternidad! ¿Cuánto más tiene que esperar? La maestra dijo cinco. Cinco es mucho, Seungkwan ni siquiera tiene cinco años. Tiene cuatro.

Cuanta con sus dedos.

Vuelve a mirar el bombón y comienza a balancear su cabeza jugando en su silla, el bombón sigue allí y Seungkwan lo vuelve a acariciar, despues lo pone un poquito más cerca para mirarlo, y al final el bombón termina a lado suyo mientras su cabeza se mueve de un lado a otro.

Tararea y toma de nuevo el dulce colocándolo en sus manos y comienza a subirlo y bajarlo para jugar con él, despues lo hace dar pequeños brinquitos sin dejarlo caer. Es divertido así que lo hace con mucho cuidado para no tirarlo al suelo.

Cuando mira el reloj solo han pasado otro minuto. Por suerte sabe contar hasta el diez porque papá Woozi le enseñó. Coloca el bombón en su cabeza y espera mirando a que el reloj cambie de número. Coloca su barbilla contra la mesa y comienza a esperar. Es mucho tiempo.

Mucho tiempo.

El bombón cae de su cabeza a la mesa, cayendo cerca de su mejilla y Seungkwan se recarga un poco en él sintiendo lo suave. Y continúa esperando.

¿su maestra sabe que es mucho tiempo?

La puerta se abre y Seungkwan se alza con una enorme sonrisa, esperó mucho tiempo así que está emocionado.

—Muy bien, Seungkwannie, no te comiste el bombón, aquí tienes tu dulce.

—¡Gracias!— Grita Seungkwan recibiendo el dulce y despues toma su bombón. Se come el dulce y sonríe. —Está rico.

—¿no vas a comerte el bombón?

Oh. Mira el bombón en su mano y despues mira a la maestra. Niega.

—Ahora somos amigos.

Cuando llega a casa pone a su nuevo amigo en un lugar seguro para que nadie lo toque.

¡Los amigos no se comen!


Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora