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Seungcheol tiene dos cartas en sus manos y ambas son para Jeonghan, sin embargo ¿debería entregarlas al mismo tiempo? Es una pregunta más difícil de lo que parece, y ha consultado con la mejor persona para dialogar sobre el tema con madurez y responsabilidad, y si, habla de Dino, así que ahora ambos están sentados uno frente al otro mirando las dos cartas, una de un sobre plateado y otro dorado. Y ninguno de los dos sabe cual sería mejor entregar primero.

—Decidamos con piedra papel o tijera.— Dice Dino tomando la carta dorada. —Si yo gano se la entregas tú. Y si pierdo se la entregas tú.

—Eso no tiene sentido.— Seungcheol toma la carta plateada. —Deberías entregarle tú la carta primero. Lo conoces más.

—Lo conocemos lo mismo.

—Si, pero tú lo conoces de toda tu vida, anda, entrégale la carta.

Dino hace un puchero, en realidad ambos están nerviosos por entregar las cartas y no hay una razón en especial, bueno, si la hay, pero Seungcheol prefiere no pensar en eso mientras ve la carta plateada en sus manos. Jeonghan no tardará en llegar al departamento así que deben solucionar el problema rápido.

—¿puedo entregársela en pijama? Me pica el traje.— Dino se rasca el pecho y Seungcheol niega acomodándole la ropa, deben verse bien. —A ti no te pica y estás cómodo, entrégasela tú primero.

—Eres su hijo, le hará más feliz verte primero.

—Eres su novio, él te escogió a ti, a mi no me escogió. Yo era obligatorio.

Ah, este niño, a veces no tiene idea como es que Dino puede dar respuestas así. Cuando Seungcheol tenía su edad apenas hablaba, se la pasaba corriendo y dando vueltas hasta que sus padres lo regañaban y solo entonces se quedaba quieto. Dino es un pequeño pensador amante de las conversaciones, y aunque le gusta jugar y moverse no se golpea contra las puertas como lo hacía Seungcheol.

Antes de que puedan seguir discutiendo escuchan la puerta abrirse y a Jeonghan gritar desde la entrada, entonces ambos se ocultan detrás del sillón casi por instinto, aun peleando y empujándose por entregar la carta.

—¿están intentando esconderse? Porque puedo verlos desde aquí.— Habla Jeonghan y tanto Seungcheol como Dino saltan con una sonrisa. —Oh... ¿van a algún lado? ¿Por qué están vestidos así?

—Somos pingüinos mensajeros.— Responde Dino. —Papá tiene una carta para ti.

Y Dino se esconde dejando solo a Seungcheol.

—Dino tiene también una carta para ti.— Y alza al niño con una mano.

Jeonghan sonríe y se acerca esperando a que alguno de los dos entreguen la carta, y Jeonghan sabe perfectamente que si se queda en silencio esperando hará que ambos caigan en un pequeño caos de miraditas nerviosas y pequeños empujones.

Llegan a un acuerdo y ambos terminan extendiendo ambas cartas frente a Jeonghan dejando que él decida.

—¡Mentí!— Dino toma su carta y corre detrás de Seungcheol. —¡Abre primero la de papá!

Dino aprendió bien de Jeonghan.

—Entonces tomaré la de Dino.— Responde Han tomando la carta de las manos de Dino con una enorme sonrisa, Seungcheol contiene su risa y se queda quieto porque si se mueve aunque sea un poco Jeonghan lo notará. —¿Por qué tanto misterio por una carta?

—Papá se movió.— Dice Dino y Jeonghan mira a Seungcheol.

—No me moví.— Se queja.

—No, pero puedo oler tu miedo, dame esa carta.

Jeonghan toma ambos sobres y los abre al mismo tiempo, Seungcheol ya ha llegado a una paz silenciosa con Dino así que lo toma de la mano mientras esperan.

El silencio es casi absoluto.

—Jeonghan...— Seungcheol se atreve a llamarlo.

—Parpadea una vez para si y dos veces para no.— Pide Dino. —¿Mi carta es si o no?

Jeonghan exhala una sonrisa llevándose la mano al rostro comenzando a reir, y asiente varias veces aunque eso no es lo que pidió Dino, aunque de cualquier forma ambos lo entienden. Bueno, casi.

—¿Qué es sí? ¿mi carta? ¿la de Dino? ¿ambas?— Jeonghan asiente. —¿a ambas? ¿solo una?

—¡Somos pésimos adivinando!— Grita Dino. —No importa, cadena.— Y Dino toma la mano de Jeonghan colocando el anillo de compromiso en el dedo correcto. —Ahora cásate con nosotros o le llamamos a la policía por robo.

Jeonghan continua riendo hasta quitar la mano de su rostro y respirar profundo.

—Si, me aceptaron en la universidad.— Aclaró mostrando la carta plateada. —Y si, es oficial que vamos a casarnos.— Mostró la dorada.

Ah. Por fin. Tanto como Seungcheol como Dino se sientan en el suelo, ninguno es bueno lidiando con ese tipo de nerviosismo.


Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora