🧸🥰🍊

3.5K 507 47
                                    

Woozi había estado bien con los peluches de tigre en un principio, eran de su esposo y podía ignóralos la mayor parte del tiempo, incluso cuando la mayoría estaba en su cuarto mirando hacia la cama y algunos habían remplazado almohadas y cojines. Ahora es un poco diferente, porque es consciente de los pares de ojos que brillan a cada segundo con la luz de la lámpara.

Hay por lo menos treinta tigres mirándolo. Mirándolo desnudo. Y siente todas las miradas sobre él mientras intenta concentrarse en lo que hacía. ¿Qué está haciendo? Lo olvida y lo recuerda a cada segundo conforme encuentra nuevos pares de ojos que lo observan.

—Bien, me rindo.— Suspira bajando de la cama y buscando su ropa.

—¡¿ah?! ¡Pero si acabamos de empezar!— Lloriquea Hoshi.

—Olvídalo, no voy a hacerlo con los tigres viéndome.

—Son de peluche, no dicen nada.— Hoshi se lanza hasta alcanzarlo, su puchero comenzando a irritarle un poco. —Tenemos poco tiempo antes de que tenga que ir por Seungkwan, no tendremos otra oportunidad en semanas.

Woozi suspira mirando el puchero de Hoshi, y lo comprende, Seungkwan pasa mucho tiempo dentro de casa y está lejos de ser un niño asocial, siempre lleva amigos y por lo tanto la casa siempre está repleta de niños corriendo de un lado a otro, tienen muy poco tiempo para su intimidad.

Pero no hay nada en el mundo que haga a Woozi tener su ansiada intimidad bajo los ojos de treinta desgraciados tigres de peluche.

—Deshazte de los tigres. Y quizás lo hagamos.

—¡¿Cómo me desharía de mis tigres?!— Grita Hoshi tomando a uno de ellos. —¡mira este, apenas es un cachorro!

Si, definitivamente no lo hará. Continúa colocándose la ropa.

—Espera hasta nuestro aniversario entonces.

—Falta mucho.— Hoshi se deja caer en la cama y se queda allí por varios segundos. Hasta que comienza a patalear. —¡Quiero amorcito!

—Que te lo den los tigres.

—¡Eso es ilegal! ¡No es justo, limpie toda la casa como me lo pediste!

—Deshazte de los tigres. No voy a hacerlo con treinta pares de ojos mirándonos.

Hay un largo silencio y Hoshi deja de patalear.

—¿y si les doy la vuelta?

Ah. Increíble. Voltean a los tigres y cubren sus orejas. Necesitan una habitación aparte para ellos. O llevarlos a pasear de vez en vez a casa de otros amigos, como a Seungkwan.

Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora