Capitulo 21: Latidos

497 52 23
                                    

~Angel~

Cuando por fin los rayos del sol se habían ido decidimos volver a la cabaña con nuestra familia. Las luces de alrededor ya se habían  encendido para alumbrar el camino, de pronto una voz conocida me reconoció e inmediatamente me llamó por mi nombre: —¿Ángel? ¿Eres tú?— giré levemente para encontrarme con una antigua vecina, la cabaña de sus padres estaba cerca de aquí, por lo tanto yo conocía a Verónica desde que eramos unos niños. A veces ella se unía a jugar con mis primos  y yo en el verano, sin embargo hacía ya mucho tiempo que no la miraba ya que sus papás  se divorciaron y ella se había ido a vivir con su mamá a otro estado.
     —¿Verónica?— estaba un poco sorprendido de verla, su cabello ahora era ligeramente rubio, tenía un pircing en la nariz y estaba por supuesto mas alta de lo que recordaba o tal vez era la perspectiva que tenía desde esta silla.
Ella se acercó un poco desconcertada hacia nosotros —¿Qué te paso— su cara se puso roja cuando se dio cuenta de la pregunta tan directa que acababa de hacer —Disculpa, no fue mi intención, es solo que verte así me sorprendió un poco, sobre todo porque no te veo desde hace diez años.
     —Tuve un accidente, hace unos meses— dije después  de girar un poco para ver a Sandra que estaba atrás de mi. —Ella es mi novia, Sandy ella es una vieja amiga de la infancia, Verónica.
Mi novia la saludó amablemente mientras ella respondió  al saludo para despues seguir  con la conversación —Entonces esto es reciente... lo siento tanto. Pero ¿Estás  bien? o sea digo, vas a volver a caminar y a relizar tu vida normal cuando te recuperes ¿cierto?

Pude ver un gesto de disgusto en el rostro se mi novia al ver su indiscreción en cuanto al tema. Podía entenderla puesto que acababa de conocerla, sin embargo yo sabía que no era su intención ofender, desde niña siempre había tenído esa personalidad directa.
     —No, no voy a poder caminar nunca más, de hecho no puedo ni podré volver a mover mi cuerpo, estoy totalmente  paralizado del cuello hacia abajo. El tubo que sale de mi cuello esta conectado a un ventilador que respira por mi, soy tetraplejico— respondí directamente  porque asi funcionaba ella, era solo para terminar con sus preguntas. Ella me miró con tristeza y se agachó para verme de cerca —La noticia me tiene devastada, si no hubiéramos perdido el contacto, hubiera estado allí para apoyarte en el hospital— de pronto pusó su mano en cima de la mía —Pero de ahora en adelante prometo mantenerme comunicada para cualquier cosa que necesites. Bueno me tengo que ir— se despidió dándome un beso en la mejilla y se fue.
Para este momento hasta yo me di cuenta que la actitud de Verónica había sido un poco invasiva, aunque creo que solo fue resultado de nuestra antigua amistad, de niños éramos un poco cercanos.
     —¿Qué fue eso?— la voz de Sandra se escuchaba un poco sería.
     —No lo sé, así es ella.
     —Esta bien, entiendo— la sentí molesta.
     —¿Te molesto?... Verónica, ¿te cayó mal?
     —Un poco. Pero no importa, ya se fue.
     —Si y probablemente  no volvamos a verla— dije para que estuviera  más tranquila.
     —Tienes razón. Ven vamos con los demás, tenemos que volver a casa.


                            ***
Cuando regresamos, la familia seguía platicando, mi madre se levantó en seguida —¿Cómo les fue?.
     —Muy bien— respondí recordando el regalo que tenía puesto en mi muñeca.
     —Bueno pues creo que es hora de regresar. Pero antes  tengo que checar que todo este en orden y ver si no necesitas algo— dijo mientras me llevó hacia una de las  habitaciones  de abajo. Marta se encargo de checar mi traqueotomía para asegurarse de que todo estuviera en orden, mientras mi mamá me acomodaba en la silla y se aseguró de que todos los cinturones estuvieran buen colocados.
     —Mira Marta, esto es lo que te comenté—indicó algo en el área de mi cuello.
     —Es lo que veo, habrá que ver que recomienda el doctor. ¿Mañana tiene cita en el doctor no?
     —Si mañana lo llevaré a rehabilitación, de paso voy a comentarles sobre este asunto.
     —¿Qué pasa?— pregunté un poco desconcertado. Aún era raro tener que preguntar acerca de mi propio cuerpo a terceras personas.
      —Son heridas por la presión que se te estan formando por el uso del collarín.
Ahora  que recuerdó, era un poco molesto a veces usarlo, sobre todo porque era de las áreas en las que aún tenía sensibilidad, sin embargo por indicaciones del doctor tenía que usarlo siempre.
     —Todo tiene solución,  solo hay que checar eso y ver que se puede hacer al respecto —Marta pusó un poco de algodón debajo de la herida para aminorar la presión.

Amor en tiempos de tragedia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora