Capítulo 39: Susurros

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~Sandra~

Estaba revisando el pasillo de cereales del centro comercial y me sorprendió lo pequeño que era a diferencia de donde vivo que hay miles de marcas y sabores variados para escoger, aquí solo encontraba a lo mucho tres diferentes presentaciones de ellos.

      —¿Cuál vas a llevar? —Ángel pregunta detrás de mí, me ha estado siguiendo en silencio mientras analizo cada una de las cajas.

      —No sé, no entiendo lo que dice — voltee a mirarlo con un gesto de decepción en mi rostro.

      —Usa el traductor de tu celular.

      —Tienes razón — puse la cámara de mi celular y la aplicación inteligente me dio la traducción en español de las letras en alemán  —la vida es más fácil de esta forma.

      —Lo es — una pequeña sonrisa se escapó de sus labios.

      —¿De qué te ríes?

      —Me da mucha ternura, cuando estabas tratando de descifrar lo que decía, desde hace rato que te miro en silencio mientras disfruto de tu hermoso y confundido rostro.

      —Ya deja de burlarte de mi — entrecierro mis ojos para darle una mirada juzgadora — ¿con chocolate o sin?

      —Con chocolate obviamente, la pregunta ofende.

      —Bueno, será sin chocolate entonces — me giré para darle la espalda y metí la caja de cereal con chocolate en el carrito. 

      —No seas así — lo miré de reojo y estaba haciendo pucheros.

      —Ah pero hace un momento estabas muy divertido ¿no?

      —Un poco si, no lo voy a negar, pero si no metes esa caja de cereal con chocolate en el carrito, le voy a pedir ayuda a la próxima señora que pase por este pasillo.

      —No sabes alemán — replique. 

      —Pero si ingles— una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

      —¡Ay ya!, si llevo los de chocolate — alcé la caja para mostrarsela  —lo ves, yo soy una buena novia que te mima y te da lo que quieres  —me acerqué para darle un beso en su mejilla, su piel se puso chinita cuando mis labios tuvieron contacto con su piel.

      —Gracias, lo aprecio mucho.

      —Bueno, sigamos porque se nos hará tarde.

      —Espera —comenzó a conducir su silla y maniobró para que con sus pies pudiera empujar el carrito del super.

      —¿Qué haces? nos van a regañar.

      —No lo harán — siguió conduciendo por todo el pasillo y yo lo perseguí corriendo, estaba riendo bastante, pero cuando el carrito se estrelló con un paquete grande de papel higiénico, comencé a reírme más fuerte.

      —Ángel jajaja por favor, detente ya — el estómago me dolía de tanto reír. 

      —Ups, ¿puedes ayudarme? —dijo cuando el paquete cayó encima de su regazo, tapando toda la vista de frente.

      —A ver — levanté y puse en su lugar el papel —¿alguien nos pudo haber visto?

      —¿Nos vieron?

      —No sé… — voltee disimuladamente a todos lados, pero no vi a nadie cerca  —mejor vámonos.

      —Si, mejor… —avanzó por el siguiente pasillo  —no quiero que nos prohiban la entrada en nuestra siguiente visita.

Amor en tiempos de tragedia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora