Capítulo 24: Posibilidad

455 51 21
                                    

El ambiente estaba cada vez más tenso, yo no confiaba absolutamente en Carlos y lo que pudiera salir de su estúpida boca. —Bueno, nosotros ya nos vamos— dije mientras me coloqué en frente de Ángel sin pensarlo, quería protegerlo.
     —¿Qué pasa? no me vas a dejar saludar a tu novio, hace mucho que no lo veo.
     —No tenemos nada de qué hablar— respondió mi novio.
     —Vamonos— dije mientras conducía la silla fuera de ese lugar.
     —Vamos, ¿no vas a felicitarme por ser el nuevo capitán?— Carlos comenzó a decir con tono de superioridad mientras se burlaba. Por cierto, ya estaba un poco borracho.
     —Sabes que de yo haber estado en el equipo aún, ese puesto jamás hubiera sido tuyo, digo, un capitán que lleva a su equipo a una derrota tan vergonzosa como la de hoy, ni siquiera merece presumir su título. 
     —Imbecil, al menos yo no parezco un vegetal. 
     — Al menos este vegetal es más inteligente que un idiota y cobarde como tu— en este momento Ángel se miraba bastante tranquilo después de haberlo humillado de forma sutil y directa. Mientras tanto Carlos se enfureció aún más, tomó su lata de cerveza y la arrojó al suelo violentamente. 
     —Vamos, ¿me vas a golpear?, aprovecha que ahora sí puedes hacerlo, porque hace meses que fui a decirte que dejaras de acosar a mi novia, ni siquiera pudiste mirarme a la cara, como el cobarde que eres. 
     —Ángel por favor ya— estaba un poco preocupada de que resultara lastimado de esta situación, la gente comenzaba a acercarse después de escuchar tanto alboroto. 
     —¡Hey! — Alejandro gritó mientras se acercaba junto con Fernanda y Marcos —¿Qué está pasando aquí? 
     —Nada, no es como si fuera a golpear a veget…— y antes de que terminara de hablar, un puñetazo en la cara lo golpeó tan fuerte que lo tiró al suelo. La acción venia de Marcos —Escucha muy bien esto, no me importa que seas el capitán del equipo, si tu vuelves a meterte con mi amigo, me voy a encargar no sólo de que el entrenador te saque definitivamente del juego, sino que vas a tener que rendir cuentas en la dirección de la escuela y con mi puño.
     —Uhhhhhhh— la gente que estaba alrededor comenzó a abuchear a Carlos, por lo que esté de inmediato se levantó, escupió en el suelo y se fue. 
     —¿Están bien?— mi amiga se acercó rápidamente.
     —Si, gracias por llegar. Estábamos bien, hasta que ese tipo llegó, comenzó a provocar con comentarios fuera de lugar… 
     —Terminó humillado y no pudo soportarlo— Ángel concluyó bastante orgulloso de la forma en que enfrentó la situación. A pesar de que él era una persona bastante pacífica y amable, tenía un carácter fuerte,  siempre daba la cara sin miedo. 
     —No vamos a dejar que se meta más contigo— Alejandro nos miró —Más le vale que no vuelva a meterse en problemas. 
     —Gracias amigos, pero no se preocupen.
     —Como no nos vamos a preocupar, amigo, si pudieras romperle la cara seguramente ya lo hubieses hecho. Solo se mete contigo ahora porque es un cobarde.
     —Lo es— mi novio suspiró —No le cuenten nada de esto a mi familia, por esta situación podrían no dejarme regresar a la facultad. Yo de verdad quiero volver. Saben... tengo un sueño, de verdad quiero titularme y difundir la ciencia, me parece importante  que la gente entienda y se acerque a estos conocimientos. Es un sueño que solo lograré regresando. 
     —Lo entiendo— Puse mi mano encima dd la suya —lo vas a lograr. 

Aunque me preocupa esta situación, yo de verdad quiero que él pueda cumplir todos sus sueños. Tal vez volver a la escuela le haga bastante bien, si eso lo hará más feliz estoy dispuesta a ayudarlo y apoyarlo en todo. —Te apoyaremos— acaricié su cabeza lentamente.

_______________________________
~Ángel~

Después de esa infortunada situación, nos quedamos disfrutando de la música en vivo un rato más, mi chica bailaba al ritmo de las ondas musicales, su cabello la seguía en armonía a donde quiera que volteara. Ella era simplemente magnífica, de pies a cabeza. —Nunca había escuchado tocar a esta banda— dije mientras trataba de que mi voz se distinguiera entre tanto ruido.
     —¿Qué dices?— puso su oreja cerca de mi rostro para escuchar mejor
     —Que te amo—  dije mientras besé su mejilla que estaba convenientemente cerca de mi. 
    —Yo también te amo— tomó mis manos y comenzó a bailar nuevamente mientras las movía —bailemos.
    —Cuidado porque tengo mis mejores pasos guardados para la ocasión perfecta.
    —¿Me los vas a mostrar?
    —Tal vez — le guiñé un ojo mientras la miraba reirse.

Amor en tiempos de tragedia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora