Capítulo 49: Pequeños momentos

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~Sandra~

Me levanté muy temprano por la mañana para ir a dejar unos papeles en la Universidad, todo este tiempo que estuve en el laboratorio en Alemania, el tutor de Ángel, el Dr. Jimenez, me ofreció un proyecto pequeño para poder titularme lo más pronto posible, el cual me ha servido bastante porque ya puedo inscribirme en el proceso para conseguir mi título, solo falta que me den el visto bueno en la administración de la escuela y con eso podré enfocarme en mi reporte para entregarlo lo más pronto posible.
     —¿No te parece gracioso?
     —¿el qué?— miré a Fernanda sin entender porque de la nada decía eso.
     —Que vaya a ser la fiesta de graduación en unos días y que muchos ni siquiera estamos próximos a titularnos. Es como celebrar algo que todavía no logramos.
     —No había pensado en eso, pero es cierto— me quedé pensativa— incluso creo que tenemos compañeros que aún no terminan sus materias, van algunos semestres atrasados.
     —Como a mi, que llevo arrastrando una materia—levanta su puño al aire —pero eso no me va a detener, el próximo semestre la voy a meter y estoy dispuesta a pasarla con la más alta calificación.
     —Yo sé que tú puedes hacerlo— coloqué mi mano en su hombro.
     —Espero que todos lo logremos muy pronto. Aunque tú y Ángel nos llevan la delantera. Serán los primeros en ser profesionistas.
     —Todo a su tiempo amiga. Cuando los cuatro ya tengamos nuestro título universitario, debemos celebrarlo, en grande.
     —Eso me motiva a darlo todo— salta el escalón— por cierto, vamos a comer, tengo bastante hambre.
     —¿Quieres ir a la cafetería de la escuela o a la barra independiente?
     —A la barra, dicen que hay nuevos puestos y que hacen unas baguettes deliciosas, con queso fundido.
     —Pues vamos— saque mi monedero— yo invito.
     —Eres la mejor— mi amiga me abraza fuerte— la mejor amiga.
     —Espera, déjame respirar.

******

El desayuno había estado increíble, todo lo que nos habían contado acerca de la comida de aquí era cierto. las baguettes estaban deliciosas. Yo me había pedido una de Jamón de pierna con queso manchego, el pan era de centeno y te las daban calientitas. También vendían chocolate caliente.
     —Estaba pensando en llevarle una a Ángel para que la pruebe.
     —Tienes razón, yo también le llevaré una a Ale— hizo un gesto como si se acordara de algo — por cierto, en la tarde íbamos a ver un partido amistoso entre el equipo de la escuela y el de unos invitados. Deberían venir ustedes dos.
     —Suena bastante bien, ahorita paso a su casa y le digo.
     —Me llamas para saber si apartamos más lugares.
     —Claro que sí.

Seguimos caminando por la escuela cuando nos encontramos con Marcos, venía de la mano con una jovencita que nunca habíamos visto: —No nos había contado las buenas nuevas— Fer se acercó a ellos.
     —Es cierto, es que no habíamos coincidido hasta ahora. Ella es Diana, una amiga.
     —Una amiga o novia—Fernanda les guiñó el ojo y Diana solo se comenzó a reir discretamente.
     —Amiga— dijo ella— apenas estamos conociéndonos, pero espero pronto decirles que si somos novios.
     —No queremos apresurar las cosas por ahora— Marcos recalcó — Por cierto, van a venir al partido en la tarde. Voy a estar jugando.
     —Es lo que Fer me estaba contando, pero lo más probable es que sí vayamos.
     —¿Vendrás con Ángel?
     —Si, estoy segura de que le gustará mucho venir y apoyar a uno de sus amigos.
     —Entonces nos vemos por la tarde.

Se despidieron y nosotras nos quedamos en una banca cerca de la fuente platicando un poco —Alejando ha estado yendo seguido a casa de Ángel.
     —Es bueno que mantengan su amistad, sobre todo después de haberse alejado tanto desde la última crisis que tuvo mi novio.
     —Fueron momentos difíciles para ambos, yo vi a mi novio sufrir bastante después de la pérdida de su pierna— Fernanda coloca sus manos sobre sus rodillas — también le afectó ver a su amigo pasar por esos momentos tan difíciles.
     —Pero han sido tan fuertes— tome un suspiro— tenemos que seguir dándoles apoyo, porque merecen ser felices.
    —Aunque a veces el camino es difícil— ella sacó una libreta de su mochila— Alejandro ha estado pasando por algo que se llama el síndrome del miembro fantasma, siente dolor como si aún tuviera su pierna. Incluso me ha llamado por las noches cuando no puede dormir. ¿Le pasa algo similar a Ángel?, digo… aunque aún tenga todas sus extremidades…
     —Le pasa, no muy seguido, pero él lo describe como un hormigueo en partes de su cuerpo en las que perdió la sensibilidad. Un hormigueo constante que después se convierte en un dolor punzante.
     —¿Qué feo no?—  me da una mirada reflexiva— que no pueda tener sensaciones en su cuerpo, pero que si sienta dolor.
     —Ya sé— recuerdo por un momento las veces que ha pasado por eso cuando estoy con él y me siento un poco triste— También están los espasmos, ¿recuerdas la vez que estábamos en el parque y su pierna comenzó a moverse fuertemente?
     —Lo recuerdo, pero nos dijo que le pasaba siempre. Dijo un chiste acerca de eso y todos reímos.
     —Cuando le sucede eso, también siente dolor, pero siempre trata de ocultarlo. No quiere que los demás se preocupen.
     —Por eso hace chistes al respecto. Para amenizar la situación.
     —Si. Aunque su doctora nos dijo que la terapia tanto física como mental ayuda. Entre más triste esté, sus dolores empeoran. Por eso me esfuerzo porque esté relajado y feliz.
     —Eres una buena persona amiga, te mereces el cielo entero.
     —Tú también, has ayudado mucho a Alejandro.
     —Cuando una está enamorada, está dispuesta a todo por la persona que amas y eso lo sabes muy bien.
     —Eso es cierto-
     —Oye, ahora que me acuerdo, hay una cosa que me da curiosidad.
     —¿Curiosidad?
     —Si, o sea… ustedes dos antes del accidente eran bastante activos.
     —¿Qué?— mis mejillas se pusieron calientes
     —No lo niegues, parecían conejos, en las prácticas de campo-
     —¡No es cierto!
     —Todos los escuchábamos amiga. No intentes negarlo.
     —Dios, no se que estás diciendo Fernanda.
     —Bueno mi pregunta es cómo has lidiado con eso. Porque yo y Alejando no hemos tenido nada de nada, él me dijo que lo esperara, que no se siente cómodo ahora que no tiene su pierna. Entonces no hemos llegado a tener nada sexualmente. —mira a su alrededor y habla con voz más baja— A veces no me puedo aguantar las ganas, creo que desde que estamos saliendo, mi libido ha aumentado. Estoy caliente todo el tiempo y no sé cómo lidiar con esto.
     —Usa tus manos— suelto una pequeña risa.
     —Lo hago, pero no es suficiente. ¿Cómo has sobrevivido sin tener nada de nada estos meses?
     —¿Quién ha dicho que no hemos tenido nada?— respondí orgullosamente.
     —No es cierto— sus ojos se agrandan— ¿Ustedes han tenido?
     —Si— le hice gestos para que bajara la voz.
     —Yo pensé que después de su lesión, ya no podía…    
     —Si puede, aunque solo es como un reflejo al tacto. No es como que pueda controlarlo con su mente como antes, pero investigué mucho acerca de esto. Aunque no tenga sensaciones debajo del cuello, aún quedan zonas erógenas en otros lados como sus orejas, la cabeza. Bueno… La sexualidad es muy amplia amiga, debe haber mucha comunicación y confianza de pareja, para nosotros es más fácil porque llevamos una relación de años. Yo creo que está bien que le des su espacio a Alejandro, pero también creo que es importante que le hables acerca de lo que sientes. Tal vez no se siente atractivo para ti, y de allí derive toda su desconfianza.
     —Wow amiga, nunca lo había pensado de esa forma.
     —Hablenlo, yo creo que pueden superarlo. No ha sido fácil para nosotros, pero a pesar de que ahora es muy diferente, nos ha servido tener la mente abierta a nuevas experiencias, sobre todo porque sabemos que hay cosas que ya no se pueden cambiar, como su lesión, pero eso no nos va a limitar.
     —Sabes, has madurado mucho amiga.
     —Lo sé. Además me gusta tener el control— solté una sonrisa.
     —¡Amiga!— ambas nos quedamos riendonos por un buen rato más. Estaba feliz de tener una persona a mi lado con la cual poder hablar de este tipo de cosas, y de saber que aunque sea puedo ayudarla con algunos consejos. La amistad que es correspondida, puede llegar a ser una compañía bastante grata, sobre todo en tiempos donde las buenas personas, ya no están dispuestas a ser amigos sinceros.

Amor en tiempos de tragedia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora