~Ángel~
Mientras me reía de Alejandro recitando sus chistes típicos sin gracia, sentí la tensión de una mirada, por lo tanto mis ojos se dirigieron hacia la cafetería, en medio de tantas personas pude reconocerla en un solo instante, estaba más preciosa que nunca, tenía sus mejillas rosadas por el frío de la mañana. Sandy, mi Sandy estaba tan cerca que mi corazón sintió un salto de alegría, una semana sin saber nada de ella, sin verla, fueron para mi sin duda días muy difíciles, su ausencia me estaba quemando por dentro. Lo que daría yo por volverla a tener cerca, decirle todo lo que siento, de escuchar su voz, pero sé que eso ya no es posible, ella necesitaba alejarse y yo debo respetar su decisión. Sin embargo no quería darme por vencido tan rápido, por lo que comencé a mirar en su dirección para lograr que nuestras miradas se cruzaran, pero no pude lograr mi cometido, enseguida la vi tomar su mochila en un sólo movimiento y perderse entre la multitud que estaba caminando por el pasillo. Probablemente se dio cuenta de que estaba aquí, por eso se fue.
—Ángel, hey, tierra llamando a mi amigo— Marcos movía su mano efusivamente frente a mi cara para que le hiciera caso —¿qué estás viendo?— al escuchar su última pregunta, logré salir de mis pensamientos.
—Nada, creí ver a alguien— dije en voz baja esperando que no escucharan y no me cuestionaran más sobre el asunto.
—Pero ¿de quién hablas?— Alejandro volteó hacia la cafetería y vio a su novia acercándose a nosotros.
—Hola chicos, ¿cómo están?—Fernanda saludo de beso y conmigo tuvo que inclinarse un poco más —¿todo bien Ángel?— preguntó y después vi como le dio una mirada de pies a cabeza a Veronica.
—Si, todo bien, gracias por preguntar.
—Bueno pues vayamos a clases no?
—Oye, ¿estabas sola en la cafetería?— pregunte directamente.
—Am… pues si, solo pase por un café— mintió, pero no comprendía porque lo estaba haciendo, total, era más fácil decirme que estaba con ella y que no quiso verme, por eso se fue sola.
—Ya veo—dije —pensé que te había visto con alguien más.
—No, yo creo viste mal— se tocó la nuca como reflejo, estaba nerviosa por estar diciendo una pequeña mentira.
Todos los demás parecían no entender lo que estaba ocurriendo por lo que decidí cambiar de conversación —Bueno, es hora de que vayamos avanzando hacia los salones ¿no creen?
—Si ya vámonos porque el profe de mate es un viejito nada amigable— Alejandro tomó la mano de su novia y avanzaron lentamente juntos. Estaba feliz de que al menos ellos siguieran juntos después de todo. Marcos puso su mano en mi hombro la cual no sentí pero claramente podía ver, aún no me acostumbro del todo a sentir mi cuerpo tan ajeno, es tan extraño ver a las personas tocandote y no sentir nada. Como la última vez que Sandra tomó mi mano, las sensaciones eran nulas pero lo que me hizo sentir en mi cabeza fue extraño, con ella se sentía algo más, aunque no me sorprende, ella siempre fue algo más.
—Nos vamos— Vero me preguntó y yo asentí, después colocó el joystick en mi boca que es la palanca con la que muevo la silla de ruedas.
—Entonces son amigos desde la infancia.
—Nos conocemos desde muy niños pero solo nos mirabamos en vacaciones cuando su familia llevaban a Vanesa y a tu amigo cerca de las cabañas del lago. Aunque la verdad nos la pasábamos increíble, jugábamos todo el tiempo. ¿verdad Ángel?— logre escuchar apenas la pregunta y mi nombre —¿qué? —pregunté desconcertado.
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Amor en tiempos de tragedia...
RomantikTe amo tanto que duele, no puedes dejarme con el corazón roto. ¡Tienes que resistir! .... ¿Me seguirás amando a pesar de...? ¿Cómo se puede hablar de amor, cuando no puedes tocarle, ni sentir sus caricias?. Cuando ni siquiera puedes besarle.. ¿Le d...