-Sandra-
Todo había pasado tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar, mi mente estaba todavía en shock, no entendía, no comprendía la gravedad del asunto, mucho menos cuando hace unas horas todo estaba bien. Como todo en esta vida, las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos, sin darnos señales, sin prevenirnos para la tormenta. Era como un desastre natural, como un terremoto que comienza sin avisar y sacude el suelo bajo nuestros pies; nos derrumba y nos demuestra que al final de todo, somos humanos frágiles, que nuestra vida siempre está pendiendo de un hilo y que en cualquier momento puede romperse.
Unas horas antes del trágico suceso, me encontraba profundamente dormida, completamente relajada de tener a la persona que mas amaba a mi lado, de saber que a pesar de todo, juntos podríamos encontrar un camino feliz, lleno de nuevos sueños y metas por lograr, pero solo era parte de un sueño que no sé si podré hacerlo realidad. Mi conciencia volvió a la realidad cuando el sonido de una alarma en mi celular sonaba tan fuerte que la misma vibración hizo que se cayera del mueble donde lo había dejado. Mis ojos todavía negándose a enfocar bien por el repentino brillo de la pantalla de pronto se abrieron tan grandes que comenzaron a dolerme. Se trataba de la aplicación vinculada al reloj que alguna vez le había regalado a Ángel después del accidente, el mismo reloj que nunca se quitaba y por el cual puede monitorear su estado de salud muchas veces, pero esta vez su corazón latía tan fuerte que cuando voltee para mirarlo supe que tal vez era demasiado tarde. Comencé a gritar para pedir ayuda, Martha la enfermera que nos estaba acompañando entró enseguida con una taza de té en su mano, la cual soltó inmediatamente para auxiliarnos. con toda su fuerza movió el cuerpo de mi novio hacia un lado, mientras golpeaba ligeramente su espalda —¿Cuánto tiempo lleva así?— me preguntó
—No sé, estábamos dormidos, mi celular sonó… pero no sé, no me di cuenta.
—Llama a emergencias.
—No sé cual es la dirección de este lugar— mis manos temblaban tanto que mi celular cayó al suelo, la pantalla se estrelló un poco de la orilla.
—Entonces llama al señor Fransisco, él sabe dónde estamos, dile que es una emergencia, que Ángel está convulsionando y que no sabemos cuánto tiempo lleva así— con la cabeza en blanco, me dedique a seguir las instrucciones al pie de la letra y cuando terminé la llamada, me acerque a ellos para ver si podía ayudar en algo. Estaba muy asustada de verlo de esa forma, tenía mucho miedo cuando la alarma del respirador comenzó a sonar —No puede ser, no ahora— la enfermera gritó de desesperación.
—¿Se atascó la manguera?
—Si, está secretando mucha flema por la convulsión, tienes que desconectar la traqueotomía y succionarlo.
—¡Sin guantes! —dije con la voz temblorosa.
— No hay tiempo, hazlo— me gritó.
Repasando por mi cabeza todos los pasos para desconectar el respirador y succionar la flema sin lastimarlo y sin causar un desgarre en su tráquea, tienes que dejar de temblar me decía a mi misma en mi mente. Hazlo, Sandra, hazlo.
—Ángel por favor tienes que reaccionar, Ángel respira— conecté de nuevo el ventilador pero parecía seguir atascado —No, no no— no sabía qué hacer, comencé a escanear todo el soporte médico, desde la tráquea, pasando por la manguera, hasta llegar al ventilador. La manguera estaba salida, seguro se desconectó con todo el movimiento. Sin pensarlo, corrí a conectarla y comenzó a entrar aire a sus pulmones — no puede ser— los nervios me habían traicionado, si no me hubiera dado cuenta a tiempo, pudo ser fatal para Ángel, quedarse tanto tiempo sin oxígeno.
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Amor en tiempos de tragedia...
RomanceTe amo tanto que duele, no puedes dejarme con el corazón roto. ¡Tienes que resistir! .... ¿Me seguirás amando a pesar de...? ¿Cómo se puede hablar de amor, cuando no puedes tocarle, ni sentir sus caricias?. Cuando ni siquiera puedes besarle.. ¿Le d...