¿Por qué? ¿Por qué aquel sentimiento la invadía? _____ dejó que aquel llanto se apoderara de ella. Había pasado tanto tiempo queriendo morir. Había pasado tanto tiempo pensando que era un error que ella hubiera sobrevivido a aquel asesinato. Pero cu...
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Muchas cosas pasaron, fueron tantas que a ______ se le pasaron cómo agua aquellos días. Siguieron pistas falsas, tuvieron que esperar algunos días por que el tren estaba fuera de servicio, estaba arreglándolo. Cazaron un demonio que no tenía nada que ver, estaba atormentando a una niña pequeña cuándo lo mataron.
Rengoku-san incluso les había comprado todos los lonches que la niña que salvaron y su abuela tenían para vender. Lo que más le sorprendió a ______ fue la paciencia y comprensión de Rengoku-san con todos. Incluso cuándo la niña a la que salvó le aventó un pan, ni siquiera reaccionó. _____ pudo reconocer que el Pilar era un buen hombre y una de las almas más nobles que había visto en su vida. Había aprendido mucho del Pilar en aquel corto lapso de tiempo.
Los dos iban caminando por el pueblo que estaba cercano a la estación de tren. Iban en silencio, sin ningún tema con el cuál conversar. El sol se ponía y ellos caminaban en dirección a la estación de tren para subirse en un viaje. No es que fueran a ningún lado o algo así, pero sabían que tenían que subirse a aquel tren si esperaban descubrir al demonio que se escondía en él.
-Rengoku-san, ¿por qué es cazador de demonio?-inquirió repentinamente la joven tsuguko.
-¡Esa es una buena pregunta, joven Sasaki!-replicó el Pilar-Para proteger a los más débiles-respondió después de una pequeña pausa-Nosotros los más fuertes, nacimos para proteger a aquellos que no lo son-complementó su respuesta.-¿Y tú, joven Sasaki?-inquirió Rengoku, curioso por la motivación de la chica.
-Yo...-se quedó callada, rememorando el día que su madre había muerto. Quería que los demonios dejaran de existir, aniquilarlos a todos. Pero después recordó aquel chico al que le había ayudado en la misión pasada, recordó una mirada cálida que también la ayudó a ella y un cálido sentimiento recorrió sus venas-... creo que lo hago para que nadie más pase por lo que pasé-respondió finalmente.
Rengoku observó a ______, con una sonrisa en el rostro. Él también pudo notar aquel cambio a comparación del primer día que la conoció. Ahora no estaba tan llena de odio y culpa.
Finalmente llegaron a la estación desde dónde partiría el Tren Infinito. Se acercaron a la ya conocida señora que vendía los boletos con su nieta.
-Buenas tardes-saludó Rengoku-san en cuánto la señora pudo verlos.
-Buenos tardes-replicó la señora. La niñita igual al vernos se nos acercó.
-Hola-saludó _____, cuándo la niña estuvo con ellos. A la niña se le iluminaron los ojos al ver a la tsuguko. La primera vez que la vio se le hizo tan bella que parecía alguien irreal, admiraba mucho que una chica tan bella cómo ella fuera tan fuerte.
-¿Qué se les ofrece?-preguntó la señora amablemente.
-Queremos dos boletos al siguiente viaje del Tren Infinito-respondió Rengoku-san con una sonrisa igual de amable. La señora los miró extrañada, últimamente estaban corriendo unos extraños rumores de aquel tren. Se decía que un asesino serial andaba suelto. Gente desaparecía, aquello daba miedo.
