¿Por qué? ¿Por qué aquel sentimiento la invadía? _____ dejó que aquel llanto se apoderara de ella. Había pasado tanto tiempo queriendo morir. Había pasado tanto tiempo pensando que era un error que ella hubiera sobrevivido a aquel asesinato. Pero cu...
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Era la mitad de la noche y la luna menguante brillaba en todo su esplendor. Se respiraba calma en la villa escondida de los herreros, sin miedo a que nada pasara, pues los cazadores los protegían.
-Me demoré mucho bañándome-suspiró uno de los herreros de la villa con la bata puesta y una toalla entre las manos, descendía de la montaña en dónde estaban los baños termales de la villa-Mañana trabajo temprano-puntualizó para sí. Volteó hacia el frente, pues había estado caminando con la mirada hacia el suelo-¿Hmm?
En medio del camino, había una extraña jarrón, con un hermoso diseño en ella. Lo peculiar, era que estaba en la nada, en medio de un camino. El herrero se acercó a ver el jarrón, cuyo diseño estaba compuesto por flores de diversos tonos.
-Oh, wow... ¿Quién habrá dejado un jarrón en este lugar?-se preguntó acercándose a aquel jarrón. Estuvo a punto de tocarlo, pero no podrá contarle la historia a nadie más.
Una vez que lo tocó, quedó absorbido. Aquel hermoso jarrón quedó pintado de rojo, el rojo de la sangre del herrero que fue asesinado de una forma misteriosa. Aquel peculiar jarrón lo absorbió, hasta que no quedó nada más que una de las sandalias del herrero.
Repentinamente, un chorro de agua salió del jarrón, expulsando el muerto y comprimiendo el cuerpo del herrero que no tenía nada que ver, que sólo iba caminando de regreso a su hogar.
-Eww, eww-siseó una voz-La carne de este forjador de katanas ni siquiera se puede comer-canturreó un demonio de horrorosa apariencia-Pero está bien por mí, si destruimos este lugar... los cazadores de demonios, serán severamente dañados-reflexionó en voz alta con una voz poco placentera de escuchar.
Tenía un cuerpo extraño, que salía del extraño jarrón que había absorbido al herrero. En lugar de ojos, tenía dos bocas. Su cabello tenía extrañas manos que colgaban de su cráneo, inertes. En su boca, había un ojo y en la frente, a la mitad, había otro.
Los dos contenían un número.
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-Apura, apura-susurraba alguien, en el techo de las habitaciones de los huéspedes de la villa, había un hombre muy pequeño... y era muy viejo.-Encontramos esta villa gracias a los esfuerzos de Gyokko-susurró mientras se deslizaba temblando por el techo-Pero si lo hacemos enojar... apúrate, apúrate-se decía sí mismo mientras se arrastraba.
Mientras tanto, sin tener idea de los que les esperaba, rendidos, estaban Tanjiro y _____ dormidos. Este abrazándola por la espalda, mientras _____ abrazaba a Nezuko, después de hacerle unas trenzas parecidas a las del Pilar del Amor.
-Tenemos que matarlos a todos...-se decía-Asesinar a todos los que se atrevan a desafiarlo y traerla a ella con vida-decía con voz temblorosa.
Finalmente, su amo le había dicho que él personalmente fuera a buscarla, y finalmente podría hacerse útil para él... aunque tal vez le costase la vida.
