¿Por qué? ¿Por qué aquel sentimiento la invadía? _____ dejó que aquel llanto se apoderara de ella. Había pasado tanto tiempo queriendo morir. Había pasado tanto tiempo pensando que era un error que ella hubiera sobrevivido a aquel asesinato. Pero cu...
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¿Dónde estoy? No tenía un propósito, tan solo flotaba en la nada. Viendo a través de ojos que no eran míos. Alguien más controlaba mi cuerpo sin mi permiso, pero no podía oponer resistencia. Tan solo sentía una tristeza... insoportable. Agonía extrema. ¿Cómo había llegado a aquello? No tenía respuesta para aquello. Solo sabía que, después de ver aquellos ojos rojizos que tanto amaba, todo se había vuelto negro y blanco, blanco y negro.
Se había enterado de golpe que su madre era hija del Rey de los Demonios, eso la hacía por lo tanto la indeseada nieta de Kibutsuji Muzan. Sabía que aquel lado suyo que estaba controlando su cuerpo en aquel momento dejaría de ayudar a los cazadores y... tal vez los mataría. Tenía que hacer algo... si no quería que Nezuko, Genya y Tanjiro murieran. Tanjiro... él había sido un pilar en su vida hasta aquel momento, él era un chico especial.
Ella no podía escuchar nada, pero veía al pelirrojo desesperado... ella no quería verlo así. Pero no tenía la fuerza suficiente para parar a aquel lado suyo, ella en alguna parte de su corazón en aquel momento, quería venganza y después morir. En aquel momento se le vino la imagen de Kanao a la cabeza, ella era una chica noble y linda, amable a su propia manera. Ella era mucho mejor opción para Tanjiro que ella misma, ella era tan solo una demonio, una sucia y repugnante criatura que mataba a todo lo que se le atravesaba en el camino, excepto Nezuko... ella era una excepción a la regla, era un caso increíble.
¿Estaba siendo egoísta? Tal vez, no le estaba dando la oportunidad a Tanjiro de que él escogiera por sí mismo. No tenía fuerzas, estaba harta. Ya no podía más, ¿cuál era el sentido a aquella cosa a la que llamaban vida? ¿Era realmente algo que valiera la pena? La verdad, no lo sabía. No sabía nada. Solo se sentía profundamente traicionada, usada. Estaba a punto de darse por rendida, cómo aquella vez que Himematsu-san la había recogido.
-¡_____!-una voz resonó en su cabeza-¡______!-volvió a gritar. En aquellos ojos suyos, pero que ya no eran suyos, pudo ver la vaga figura de alguien familiar-¡_____!-volvió a gritar. Una voz desesperada y llena de miedo.
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______ no contestaba, tan solo trataba de atacar a todo lo que se le atravesaba. Había perdido la razón. Atacaba al demonio que tenían enfrente, claro, pero también atacaba a Nezuko, a Genya... y a él. No tenía más control sobre ella misma. Se había perdido.
Por lo que mientras Genya y Nezuko lo cubrían, él trataría de hacer que la hermosa chica de ojos perlados volviera con ellos. Aquel lado de la tsuguko tomó a todos por sorpresa, nadie sabía nada, nadie sabía qué era lo que había causado aquello. Pero Tanjiro sufría, le dolía cómo mil agujas en su corazón ver a _____ sufrir de aquella manera. No porque fuera un demonio, sino por el sufrimiento que pudo ver en sus ojos cuándo lo volteaba a ver.
Lo primero que sentía era aquella ira y odio inmensos que fluían en ella, que la impulsaban en aquella lucha y que hacían que perdiese el control cada vez más. Pero Tanjiro pudo sentirlo, pudo sentir aquel leve olor a sufrimiento, al dolor, a tristeza.
