¿Por qué? ¿Por qué aquel sentimiento la invadía? _____ dejó que aquel llanto se apoderara de ella. Había pasado tanto tiempo queriendo morir. Había pasado tanto tiempo pensando que era un error que ella hubiera sobrevivido a aquel asesinato. Pero cu...
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-Hey así que aquí estabas-murmuró una voz en medio de la noche, pisando la grava debajo de sus pies.
Oyakata-sama volteó con trabajo, incapaz de ver por aquella enfermedad que recorría su cuerpo y lo destruía sin piedad. Sin embargo, siendo consciente de quién le había pegado aquella repentina visita.
-Bueno, en verdad te ves horrible... Ubayashiki-escupió con altivez el demonio.
Aquella noche se reunían dos polos opuestos, aquel que une sus sentimientos y los hereda... y aquel que los desecha y vive para siempre.
-Al final viniste a mi hogar-tosió Kagaya-Bueno, estás frente a mí, Kibutsuji Muzan-murmuró el líder del cuerpo de asesinos de demonios-El demonio de mi familia, el hombre que puso una maldición en una joven inocente-murmuraba, refiriéndose a la chica de ojos perlados, que aunque no fuera una pariente directa, compartían de alguna manera lazos sanguíneos lejanos-Los cazadores de demonios, han estado cazándote por casi mil años-Muzan escuchaba aquello sin siquiera mover un músculo de su cara-Amane, ¿cómo luce? Dime... ¿Qué forma ha adaptado ahora este hombre?-Oyakata-sama seguía siendo piadoso al llamarlo hombre.
-Luce cómo alguien cercano a los 30 años, pero sus ojos son completamente rojos-describió la esposa de Oyakata-sama-Y sus pupilas son verticales cómo las de un gato
-Oh, está bien-contestó Kagaya-Yo sabía que vendrías...-decía con una voz cada vez más débil-Estaba seguro. Estoy completamente seguro de que estás enojado conmigo, con la familia y con ella... tu propia hija-murmuraba Oyakata-sama, aún en su débil estado, era completamente audible.-Pero eso también es el porqué solo yo, fui el único que creyó que vendrías matarme-sonrió, en su lecho de muerte.
-Me decepcionas, Ubayashiki-replicó Muzan, con aquellos ojos rojos que desprendían un gigantesco deseo de muerte.
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Tanto Sanemi y _____ caminaban tranquilamente hacia la Finca del Pilar del Viento, dónde continuarán con el entrenamiento. Mientras aquella incómoda sensación de un mal presagio, se extendía por cada uno de sus músculos, seguirán volviéndose más fuertes para cumplir con la meta que se habían establecido una vez: Matar a Kibutsuji Muzan, el rey de los Demonios.
Pero el destino tenía otros planes entre manos, por lo que... cómo ______ sospechaba aquella noche estaría lejos de ser una normal noche de entrenamiento.
-¡Sanemi, _____!-llamó el cuervo de su maestro. Seguido del cuervo de la tsuguko.
-¡EMERGENCIA!-graznó, casi gritando el cuervo de la de ojos perlados. Los dos cazadores se extrañaron.
-¡Llamado de emergencia!-agregó el cuervo de Sanemi.-¡Llamado de emergencia!-gritó, de nuevo mientras se disponía a volar, llevándolos a una dirección completamente diferente en la que iban, no obstante, ninguno de ellos dos dudó en seguir a sus cuervos.
