Capítulo 19

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Capítulo 19:

Me sentía tan agotada. Tan adolorida. Mis ojos pesaban. Mis manos dolían. El agua pasando por mi garganta ardía. Rayos. No recordaba nada más que el dolor, la desesperación y luego... Nada. Ahora estaba en un cuarto obscuro tomando urgentemente el agua del vaso que encontré en la mesita a mi costado.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Por qué olía a hospital? ¿Por...?

—Ya has despertado. –Di un salto brusco en mi lugar del susto, ocasionando que, por un segundo, las partes adoloridas se intensificaran, mi cabeza se sintiera oprimida y casi me ahogara, enseguida dejé el vaso a donde pertenecía.

Busqué lo más rápido que pude por los rincones oscuros del cuarto, hasta dar con él en la ventana. La luz de las "estrellas" entrando por el vidrio lo iluminaban escasamente.

—Blake, me asustaste. –Le reproché sobando mi cabeza.

—Me alegra que estés bien. –Fue todo lo que dijo girándose hacia mí.

—Yo... No recuerdo lo que pasó. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?

Agachó la cabeza, mirando a sus pies de manera distraída. Pronto como la levantó, pude sentir su penetrante mirada sobre mí. Los débiles rayos de luz apenas iluminaban su obscuro espeso cabello.

—¿Qué es lo que recuerdas? –Preguntó con cautela.

Pensé un poco, con esfuerzo.

—Mucho dolor. Alguno de ustedes hablando. Paz... Eso es todo. –Los cortos fragmentos pasaron como si de un video se tratase.

—Te desmayaste. –Emprendió lentamente sus pasos a la camilla en la que me encontraba sentada, en la que recién había despertado. Estando frente a mí, preguntó silenciosamente si podía sentarse, asentí arrimándome un poco para darle espacio.

No sabía qué ocurría, pero por la manera en que no volteaba a mirarme, y todo lo que podía ver era su perfil tenso dirigido a la ventana, pude intuir que algo más que un "Nada" pasaba.

—Blake, ¿Qué sucede?

—El día en que me fui sin decir nada, pasó algo, Iam. –Lo miré sorprendida. ¿Acaso me iba decir...? —Algo que me hizo darme cuenta, de lo importante que eres para mí. –Tragué en seco, porque él giró la cara y me miró directamente a los ojos. Sus iris grises casi eran absorbidos por la obscuridad de sus pupilas. —Algo, que ya llevaba tiempo analizando, pero que confirmé ante los sucesos, de ése día.

Blake:

¿Era el momento? ¿Estaba bien decírselo ya? ¿Ella estaba lista para escucharme?

No lo sabía. Esperaba que así fuera, porque no podía parar de hablar. Por la luna, yo quería decírselo todo.

Sus hermosas esferas azuladas me miraban expectantes y con sorpresa. Su respiración era un poco agitada, así como sus labios se mantenían levemente abiertos sin que ella lo notara por la atención que me daba.

—¿Estás seguro que...? –Consultó cuidadosamente susurrando.

—Lo estoy. –Tuve repentinamente las ganas de poner el índice sobre sus, levemente gruesos labios, pero me contuve. —¿Recuerdas cuando te dije que iría por algo para que comieras? –Aunque frunció el ceño, asintió, recordando ése día. —Ya iba de regreso. Sólo que, de camino, escuché a tus padres en su habitación. Estaban discutiendo y te habían mencionado. No pude evitar ir. Ellos hablaban de la maldita medicación. Dijeron que, si la dosis que ya tenías no ayudaba, si no dejabas de verme, la aumentarían. Aumentarían la dosis Iam. –Pude ver cómo sus ojos se cristalizaron. Mierda, yo no quería verla así, pero tampoco quería seguir ocultándole algo. Pero tampoco...

Blake | Solo en mi cabeza. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora