Capítulo 2

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Capítulo 2:

Luego de darme cuenta de que las cosas que Kayden había dicho eran reales, el auto se quedó en completo silencio.

Un largo silencio del que, el antes mencionado, se hartó y decidió romper con música, acción que agradecí internamente porque, aunque sea mínimamente, me relajó.

Tío Jake, por el contrario, se veía apenado ante la brusquedad de las palabras de su compañero, pese a eso, decidió darme mi espacio, ambos de hecho lo hicieron.

Así que, agradecida por tener mi libertad para asimilar todo, medité... Y medité.

No podía creer lo que el chico de pelo blanco dijo. No era posible.

¿Seres de la luna que no eran extraterrestres?

Y decían que la loca era yo.

¿En qué se había metido mi familia?

Pensé en tantas cosas, que al final, sin percatarme, caí rendida en una siesta muy pesada. Después de todo, solo había dormido unas horas en casa.

*
Un brusco movimiento me hizo despertar, sin embargo, no quería abrir los ojos aún.

Rogaba estúpidamente, que todo fuera un mal sueño.

Sí, pese a sentir el movimiento de la camioneta, aún tenía la poca esperanza de que, aunque odiaba mi vida solitaria, estuviera en mi desolado cuarto.

Pero eso no pasó.

Al abrir los ojos, lo primero que vi, fue a mi tío, quien ahora iba manejando concentradamente.

Los primeros rayos de sol ya estaban golpeándonos.

Kayden estaba a mi lado, muy dormido, lentes de sol caían sobre el puente de su nariz y su gato reposaba sobre su regazo. Una manta hacía de cortina, cubriéndolo de los rayos que chocaban con el vidrio de la ventana a su lado.

Suspiré lentamente y continúe mi viaje mirando por la ventana. Intentando despejar mi mente. Callada.

*

Lo cierto es que, cuando Kayden dijo "Miles de kilómetros", hablaba demasiado en serio.

Seguía mirando por el cristal los árboles pasar a la orilla de la "carretera". Ya habíamos salido de la civilización horas antes. Nadie pasaba por ése lugar, además de nosotros.

―¿Aún falta mucho? –Me quejé apenas pasados unos segundos, sentía mis piernas entumecerse lentamente, intentaba estirarlas, pero ni siquiera eso podía hacer correctamente.

―Ya estamos llegando. –Mi tío me regaló una sonrisa por el espejo retrovisor al terminar. Se veía menos estresado. ―Ya quiero ver tu reacción cuando veas el refugio. –Sí, estaba entusiasmado, como cada vez que me visitaba y llegaba con algo nuevo.

Recordar esos momentos me hizo sonreír un poco. Hacía casi un año que no lo veía, vaya forma de reencontrarnos.

―Ah, extrañaré el exterior. –Se lamentó de pronto el chico a mi lado, entre un murmuro somnoliento. Él realmente se veía triste. Lo que me provocó cierta intriga, ¿A qué se refería con "Exterior"? ¿Estaríamos encerrados?

Luego de un poco de terracería, nos desviamos del camino y mi tío nos adentró al bosque.

No sé cómo, la camioneta lograba pasar sin chocar con los árboles que estaban juntos. Era como si a pesar de no haber camino, éstos estuvieran colocados estratégicamente, formando un camino difícilmente reconocible a simple vista.

Blake | Solo en mi cabeza. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora