Capítulo 25

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Capítulo 25:

Dios, las estrellas eran mucho más visibles desde donde estábamos. Y la luna, ni qué decir de ella, era enorme y radiante. El cielo completamente despejado ayudaba a que todo pareciera un lugar mágico. Recién llegamos al lugar secreto, nos sentamos en la orilla.

—Esto es hermoso. Seguro que disfrutabas mucho de esta vista. –Aseguré sin mirarlo, acabando con el mutismo de ambos.

—Disfruto más la que tengo ahora. –Instintivamente me giré a verlo. Sus orbes platinados estaban sobre mí, me miró con tanta profundidad y dulzura. Incluso me daba ésa hermosa sonrisa. —Me encantas Iam. –Mi corazón pudo sufrir un infarto en el instante en que ésas palabras salieron de su boca.

—Tú me encantas a mí. –Confesé tomando su mano, creo que mi sonrisa era enorme.

—Iam, –Parecía querer decir algo importante. —no quiero ser sólo tu amigo.

—Yo tampoco quiero ser sólo tu amiga.

Me ayudó a acomodarme para no caer al vacío, él también lo hizo y entonces, estuvimos frente a frente. Su atención calló en nuestras manos entrelazadas. Con la que tenía libre, acunó mi cara. Su cálido tacto me hizo cerrar los ojos por inercia, amaba tal gesto, tanto que me hacía suspirar sin poder impedirlo.

—¿Quieres ser mi Luna? –Preguntó de la nada. Logrando que abriera los ojos y, como imanes, fueran directo a los suyos. Sonó tan casual que, ¿Acaso escuché bien?

—¿Qué fue lo que dijiste?

Blake:

—¿Quieres ser mi luna, Iam? –Repetí agregando más. —Creo que siempre lo has sido. Pero, quiero pedírtelo de todas formas. ¿Quieres acompañarme en ésta loca aventura, no sólo como la chica de la que estoy enamorado, sino también como mi Luna?

Sus enormes ojos escudriñaron los míos, como si esperara encontrar mentira en cualquiera de los dos. Asegurándose de que no mentía o bromeaba, sus mejillas, sus hermosas mejillas, enrojecieron. Y, lo que ya era una bella y gran sonrisa, como si fuera posible, creció y aumentó su brillo.

Se sentó sobre sus rodillas, por un instante me alarmé, temiendo que cayera, sin embargo, fue ella quien en ésta ocasión, tomó mi cara entre sus delicadas manos.

—¿Ésta es tu extraña manera de pedirme ser tu novia?

—No es sólo que seas mi novia. –Siendo cuidadoso, la tomé de su cintura, enserio no quería que cayera. —Quiero que seas más que eso. No estoy pidiéndote matrimonio, no me malinterpretes. –Bromeé, pero si ella quería, no era broma. No, sí fue broma. Ella rio manteniendo su luz. —La Luna aumenta nuestra fuerza y poder, tú me haces sentir poderoso y engrandeces lo que siento por ti. Por eso eres mi Luna. Me haces sentir más. –Me haces sentir más de lo que creí poder sentir, quise decir. —¿Tú... aceptas ser mi Luna?

Abrió graciosa y adorablemente la boca sin decir nada. Suspiró como si no tuviera idea de lo que fueran las palabras. ¿Por qué tardaba tanto? ¿No quería ser mi Luna? 

Bien, paciencia Blake. No te alarmes aún.

—Que sea tu Luna, no significa que sea "tuya" –Jamás la trataría como a un objeto. La Luna era sagrada para nosotros.

—No, –Reí ganándome una mirada de advertencia, me enserié. —Iam. Ser mi Luna, no quiere decir que seas de mi propiedad, significa que quiero darle mis sentimientos a la chica que los hace intensificar. Como le damos...

—Calla Blake, sólo quería saber éso. –Rio y entonces entendí que sólo lo hacía para impacientarme. 

—Iam. –Reproché logrando hacerla reír encantadoramente. Sonrió tiernamente y acarició mi mejilla cariñosamente.

Blake | Solo en mi cabeza. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora