Capítulo 15

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Capítulo 15:

—Alto ahí guerrera. –Me detuvo por la gorra de mi abrigo.

—¿Qué? –Chillé impaciente, con la voz ronca por la lloradera.

—No cenaste, tampoco has dormido. Ya despejaste ésa cabecita terca tuya. Pero si quieres ayudarnos, necesitas estar bien, tanto mentalmente, como físicamente. –Sentenció soltándome para cruzarse de brazos.

Sonreí de costado.

—No te vi en el desayuno de ayer, ni en la comida, y estuviste toda la mañana con nosotros, por lo que asumo, que tampoco cenaste. Tú tampoco has hecho nada de eso, y sin embargo aquí estás. –Lo reté cruzándome de brazos igual que él. —Bien pudiste haberte ido a dormir en cuanto salió el sol.

—Mi amiga me necesitaba. –Resolvió, sonriendo también de lado. ¿Será raro haber sentido como un golpe en el estómago ése "Amiga"? —Tu cambio de humor es tan drástico que podría dar miedo, de no ser, porque conozco un poco de ti. Sé que has asumido todo de la mejor manera, que te sientes mejor para acabar con medio mundo, pero de verdad necesitas estar sana para hacerlo. –Lo último lo dijo sin ningún ápice de broma.

—Tú también. –Peleé. —Por lo que sé de Kalen. Ustedes no son inmortales. Por lo tanto, necesitan alimentarse y descansar.

—Bien. Iremos los dos a desayunar, y luego a descansar. –Resolvió. Debo admitir que el plan me dejó muy, demasiado, conforme.

—Eso suena mejor.

*

En completo silencio y con el aire entre nosotros menos rígido, fue como llegamos al comedor, en el que ahora nos sentábamos y comenzábamos a desayunar sin decir nada.

No me malinterpreten. La tensión de que aún había algo de qué hablar seguía rodeándonos, sólo que, estábamos sobrellevándolo de alguna manera. O estábamos muy cansados para pelear por eso. Cualquiera que fuera la razón, el ambiente era agradable.

Éramos los únicos en el comedor, aún faltaban pocos minutos para la hora del desayuno. Sólo que, por ya estar preparada la comida, nos dejaron pasar.

Miré alrededor de nosotros. Todo tan callado, no había nada interesante. Me estaba aburriendo, y bueno, se lo hice saber a Blake.

—Me estoy aburriendo con tanto silencio. Dime algo interesante. –Pedí con naturalidad. Algo que, creo, le sorprendió.

—¿Qué quieres saber? –Entrecerré los ojos, pensando bien... Blake no se había negado a hablar, por lo que no podía perder mi oportunidad.

Las preguntas se amontonaban dentro de mi mente, no obstante, una de ellas resaltaba como la luna en medio de tantas estrellas.

—Kay dijo que... –Resopló entre una risa seca. —¿Pasa algo?

—Nada. Dime ¿Qué te dijo Kayden? –Marcó de manera extraña el nombre de mi amigo.

—Que cada uno de ustedes, –O debía decir ¿Nosotros? —tiene un solo poder. –Me miró atentamente. —¿Por qué tú dijiste que ellos piensan que tienes super fuerza? Cuando puedes hacerte invisible y que nadie te escuche, evidentemente.

—Porque soy tan genial, que tengo más de un poder. Nadie aquí lo sabe. Sólo el consejo: Kayden, Kelsie, Mei, Kalen y Jake. Ah, ahora tú también. –Lo miré confundida. Mientras me respondía, apuñalaba su comida. —Ninguno de nosotros sabe por qué. Sólo agradecemos que sea así, y que los imbéciles aprovechados no lo sepan.

—¿Cuáles son todos tus poderes? –Continué curioseando.

—Super fuerza, invisibilidad, puedo hacerme inaudible, soy el que más tolera la luz del sol y... Algo que descubrí no hace muy poco, es que... Extrañamente también puedo manejar el fuego. No crearlo, sólo manejarlo. –Miró con extrañeza sus propias manos. Yo estaba con la boca abierta, esos eran demasiados poderes. —Controlo mejor los tres primeros, sin ningún trabajo. Son como... Míos. Para los demás, sí que gasto demasiada energía.

Blake | Solo en mi cabeza. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora