Rebanada 6. Peinados enamorados.

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El último mensaje que Carla había recibido de Diego la hizo sentir tan preocupada que, al borde de las lágrimas, decidió llamar a Talía en busca de algún consejo.

—¡Hola, Carlita! —respondió Talía mientras pintaba sus uñas sobre su cama.

—¿Qué haces, Tali?

—Veía videos de maquillaje en youtube. ¿Por?

—Necesito un consejo.

Talía activó el altavoz de su celular y luego respondió mientras continuaba pintándose las uñas de los pies:

—Pues recurres a tu amiga la más sabia. ¿Qué pasa?

Carla cerró sus ojos con fuerza, apretó sus puños y luego confesó avergonzada:

—Sebastián me besó y no sé si debería decírselo a Diego.

Talía quedó con la boca abierta por un par de segundos hasta que exclamó:

—¡¿Que qué demonios?!

—Es que hoy estaba desayunando con Diego muy tranquila, todo iba bien hasta que fui al baño y, cuando regresé, me encontré a Navarrete con su actitud odiosa, ni me prestaba atención, solo estaba con el celular, le pedí que dejara el celular de lado, pero él, todo cínico, me dijo que no porque estaba escribiéndose con Liza.

—¿De verdad?

—¡Te lo juro! En eso llegó Sebas diciendo que quería hablar conmigo y, aunque Diego se negó a dejarme ir, del puro coraje yo acepté y me fui con Seb. Y ya, amiga, estaba llorando platicándole mis penas a Sebas cuando de la nada él me besó.

—¡¿Y qué hiciste?!

—Pues obvio me separé. Luego él me dijo que no podía olvidarme a pesar de que prácticamente lo dejé en ridículo por estar actuando tan cercana con Diego en la excursión al bosque cuando él todavía era mi novio. Le pedí perdón, nos abrazamos y me fui. Hace rato quedé de verme con Diego para hablar, pensaba decirle lo del beso, pero no sé si sea buena idea porque si ya de por sí está enojado de que me fui con Sebas, ahora no imagino cómo se pondrá si se entera sobre el beso. ¿Crees que vaya a terminarme?

—Seguro va armar un escándalo con Sebas, pero tengo una idea para neutralizar ese pedo, amiga. Regresemos a lo de Eliza. ¿Qué le dijiste cuando él te confesó que se seguía escribiendo con Elizorra Lau?

—Le dije: “Es que pensé que ya no te hablabas con ella”. Entonces me respondió —Carla imitó la voz varonil de Diego diciendo—: “Todos pensamos cosas”. Y ya, luego llegó Seb. ¿Qué hago, Talí? ¿Le digo lo que pasó o no? ¿Qué tal si me termina? No quiero terminar con él. ¿Pero qué tal si alguien vio ese beso y él termina enterándose por otra persona? Pensará que sí le he pintado los cuernos. Digo, no vi a nadie más en ese momento en que Sebas me besó, pero siempre existe la posibilidad…

—Bueno, supongamos que le dices a Diego… ¿qué crees que haga?

—Me va a terminar, va a dejar de hablarme, me tratará con el látigo de su desprecio, se conseguirá una novia bien hermosa y millonaria y luego le propondrá matrimonio,  tendrán bebés muy bellos y nunca más pensará en la desgraciada que le rompió el corazón besando a su ex. ¡Estoy arruinada!  ¡Nunca volveré a amar a alguien! ¡Seré una anciana sola y triste que hasta el último minuto pensará en su Dieguito!

—¡Ni hablar! Debemos impedir el matrimonio entre Diego y esa millonaria.  No hay otra opción que hacérsela de a pedo.

—¿Cómo? ¿Qué es eso?

—Pues lo que siempre haces, pero ahora de forma consiente. Debes hacerlo sentir culpable, reclámale todo, hasta por la enfermera que lo vio desnudo cuando nació, hazlo sentir culpable, sobre todo por andarse escribiendo con Eliza y, cuando lo dejes todo noqueado, entonces ya le dices que te besaron. Ah, pero ponte guapa cuando la hagas de a pedo sino, no funciona.

Piña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora