El domingo, al tener su día de descanso en el café, pero al no poderlo pasar con Diego debido a que ese día él había salido de excursión con el club de pesca, Carla quedó de verse con Talía y Mariana para ir juntas al centro comercial.
Esa mañana, en cierta tienda de ropa, Carla se quedó mirando un vestido de satén color palo de rosa, imaginó cómo se vería con él y se preguntó si sería buena opción para llevarlo a su escapada con Diego a las cabañas.
—¡Mídetelo! —la animó Mariana al acercarse a ella—. Apuesto a que se te verá muy bien. Por cierto, ¿cuándo te irás con Diego?
Talía, al escuchar la pregunta, intervino de manera pícara:
—Es la próxima semana, ¿no?
—No —respondió ruborizada Carla, bajando su voz—. Ayer Diego fue a hacer la reservación, será hasta el último viernes, sábado y domingo de marzo.
—¡Dos noches y tres días! —exclamó Talía.
—¡Cállate, Talía, no grites! —sus dos amigas emitieron unas risitas y dieron de saltitos emocionadas—. Estoy muy nerviosa. Necesito que me aconsejen.
Saliendo de aquella tienda con el vestido comprado, las chicas se pasaron a una tienda de cuidado personal en donde Talía echó cera depiladora a su canastilla mientras le decía a Carla:
—Yo me siento mejor suavecita, pero debes depilarte una semana antes, mínimo, para que no vayas irritada el gran día —ante la expresión de dolor que Carla puso al ver la cera, Talía agregó—: Tranquila. Las piernas, las axilas y el bigote normal, pero a la cuevita del amor le recortas el pastito de afuera antes de echarle la cera para que no duela tanto.
—No tienes vergüenza —dijo Mariana—, demasiada información.
—¡Cállate! Yo te di el tip. ¡Mustia!
Carla tomó un paquete de cera para echarlo a su canasta, luego preguntó:
—¿Duele mucho?
—Sí, pero la cera es la mejor opción a menos que a ti o a tu novio les guste lo salvaje —respondió Talía sin ninguna pizca de pudor.
—No… o sea… Es obvio que la cera va a doler, yo me refiero a… “eso”.
Mariana aclaró su garganta, luego respondió sonrojada:
—¿Y si vamos a mi depa a hablar sobre ello? Hay muchas personas aquí.
Luego de hacer sus compras, las tres llegaron al departamento de Mariana en donde Talía dijo a Carla, mientras le hacía manicure sobre la cama de la anfitriona:
—No esperes mucho de la primera vez. Las cosas no son como en las películas. A mí me dolió horrible, lo bueno es que fue muy rápido —Talía lanzó una carcajada—. Lo importante es que resultó una experiencia bonita porque fue con alguien a quien amo mucho y que me corresponde igual. ¿A ti cómo te fue, Mariana?
La aludida, acostada a un lado de la cama y con una mascarilla sobre el rostro, respondió:
—No me dolió tanto, pero asumo que fue por todo lo que… Pepe… Bueno… Es que antes de todo… ¡Qué vergüenza!
—¡Cuéntanos! —rió Talía.
Mariana sintió arder su rostro y respondió:
—Fue mejor de lo que imaginé y que lo que wattpad me contó. Sentí como si no fuera yo, sino como si fuera la T/N en el cielo. Ya superé a ese tarado, pero les juro que si me llama para culear, sí voy. Es un sueño...
—¡Quiero mis detalles! —exclamó Talía.
—Está buenísimo...
En ese momento el celular de Mariana comenzó a sonar y entonces las tres soltaron una carcajada mientras hacían bromas diciendo que era Pepe, no fue sino hasta que Mariana miró el teléfono, que las tres dejaron de reír.
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Piña II
Teen FictionEl viaje de crecimiento personal de un grupo de adolescentes que se enfrentan a las ilusiones y desilusiones ocasionadas por su primer amor.