Rebanada 22. Infieles.

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Aunque Carla y Talía ansiaban reunirse con Mariana para animarla debido a su rompimiento con Sebastián, tuvieron que aplazar el plan debido a que al otro día de llegar de su viaje de fin de cursos, Mariana viajó con sus padres para pasar con su familia as vacaciones de verano.

Ella partió sin decirle adiós a Sebastián quien, ya no soportándolo más, dijo a su amigo Iván mientras ensayaba con su banda:

—Necesito un consejo. ¿Me das uno?

—No —respondió Iván afinando su guitarra—, no quiero perder mi tiempo.

—Lo que pasa es —contó Sebas ignorando por completo la negativa de su amigo quien no tuvo más remedio que escucharlo— que le pedí un tiempo a mi novia.

—¿Te enamoraste de alguien más? —e Iván con sarcasmo agregó—: ¡Qué sorpresa!

—No me enamoré de nadie más.

—¡Wow! Eso sí que es sorprendente, y no estoy siendo sarcástico, créeme. ¿Por qué demonios le pediste un tiempo?

—Es que ella se sintió insegura acerca de lo nuestro, bueno, de mí. Me dijo que creía que yo seguía con ella solo porque vivíamos juntos y que porque yo esperaba acostarme con ella, así que, mientras Marianita hablaba más y más, a mí se me ocurrió hacer algo bastante romántico.

—¿Terminarla es tu idea de romanticismo? ¡¿En serio?!

—Sí, piénsalo, terminar a Marianita justo cuando comenzaré a tocar mucho en la banda le demostrará que, pese a que no la tengo cerca físicamente, ella sí estará siempre muy cerquita de mi corazón...

—¡Qué pendejada!

—No, Iván, es una gran idea. Todo este plan romántico va a terminar cuando vaya por ella el aeropuerto y le diga que la amo y que estoy esperando un hijo de ella para que así ya no vuelva a abandonarme, ¿cómo ves?

—¿Eres idiota?

—¡Buaaa! —lloriqueó con drama Sebas—. ¡Ella solía hacerme la misma pregunta!

—No, lo que digo es que eres un idiota usando como pretexto esa historia que acabas de contarme esperando a que yo te crea.

—¡Es la verdad!

—No es cierto. La verdad es que querías saber si en serio estás tan enamorado de Mariana como para soportar no hacerle caso a las chicas que conoces en las tocadas de la banda. En todo caso, no te juzgo, eres mi amigo y me parece bien que la hayas terminado en vez de ponerle el cuerno.

—No es así.

Cierta noche, Carla fue junto a Félix y Talía a casa de Diego pues habían organizado mirar allí una película. Los cuatro esperaron a que José llegara, pero debido a la tardanza, Diego lo llamó por teléfono, sin embargo, su amigo no contestó. El resto llamó también a José, pero al no tener respuesta, decidieron iniciar la película sin él.

Entre tanto, Mariana, bastante deprimida al ver que Sebastián acababa de publicar en facebook una fotografía abrazando a una chica en una fiesta, llamó a José.

Valeria dejó de besar a Pepe ante la insistencia de las llamadas, volteó a ver el celular que se encontraba sobre el buró y luego, mirando en la pantalla de este el nombre de Mariana, dijo en el oído de su amante:

—Tu novia debe estar preocupada, no ha dejado de joder. ¿Quieres responder?

José miró el nombre de Mariana y negó, siguió ocupado con Valeria, sintió que las uñas de ella se clavaron en su espalda, sonrió al escucharla jadear y al final, mientras la abrazaba adormilado, escuchó el teléfono de ella.

Piña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora