Rebanada 28. Sigue latiendo.

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Susana escuchó a Sebastián cantar con todas sus fuerzas, la mañana anterior le habían destrozado el corazón así que le pareció que ese día su canto impregnado de sentimiento había reemplazado al llanto, al menos por un momento.

“I´m trying to tell myself that I´m better off alone. All of my friends say I should move on. She´s just another girl. Don´t let her stick it to your heart so hard”.

Ni siquiera lo forzó para ir a la escuela ese lunes, no obstante, decidió hablar con él porque no podía dejar que aquel drama continuara, así que para la tarde, cuando llevó comida a la habitación de su hermano y lo vio acostado en su cama mirando un dorama, se sentó a su lado y lo aconsejó diciendo:

—Deberías dejar de mirar cosas que te la recuerden.

—Todo me recuerda a ella, no tiene caso y ya me piqué con la historia de este. Susy… no quiero regresar a esa escuela. Me voy a poner a llorar en cuanto la vea con ese tarado. Cámbiame de escuela, con Iván...

—Estás imbécil, mañana regresas y te voy a llevar hasta la puerta para asegurarme de que entres. No sé qué decir. A todos nos rompen el corazón alguna vez. Todos conocemos o conoceremos a alguien al que no vamos a olvidar nunca, puede que terminemos nuestros días con esa persona o puede que no, pero de alguna manera, esa relación nos cambiará. ¿Quieres cambiar, ser mejor persona y avanzar o prefieres quedarte llorando por lo que ya pasó y ya no será?

—No quiero dejarla atrás. Quisiera avanzar con ella.

—Tú sigue, a ver si ella puede y quiere seguirte el paso.

La mañana siguiente Sebastián miró a Mariana y a Pepe llegar al salón de clases tomados de la mano y, aunque eso le dolió, en ningún momento dejó de sonreír, se comportó tan alegre y carismático como siempre.

Al terminar las clases, durante la junta de jefes de grupo, Diego, como presidente estudiantil, organizó a los representantes de clase para planificar el festival patrio de ese año.

—Se abrirá también una convocatoria —informó Diego durante la junta— para los alumnos que deseen participar con algún talento, esto debido a que algunos compañeros que tienen bandas de rock pidieron permiso a la directora para participar sobre el escenario principal. La audición se hará de este viernes en ocho en el auditorio principal para que se lo hagan saber a sus compañeros y quien quiera inscribirse, lo haga por medio de su jefe de grupo. Por favor, recibiré la lista de los participantes hasta el martes de la siguiente semana en este salón…

Al finalizar la junta, Diego se acercó al escritorio en donde Mariana y Carla se encontraban, luego intercambió algunas palabras con ellas hasta que Sebastián se acercó a él y le dijo:

—A mí anótame para la audición.

Ante una ruborizada Mariana, Diego sacó una libreta de su mochila preguntándole a Sebastián:

—¿Participarás con tu banda?

—Sí.

—¿Cómo se llama la banda para anotarlos?

—Ah… No tenemos nombre. Solo anota mi nombre.

—Creí que se había disuelto tu banda —intervino Mariana.

El hecho de que Mariana se dirigiera a él, emocionó de tal manera al rubio que, despegando su vista de la libreta de Diego, miró como un tonto a su ex novia mientras explicaba nervioso:

—Está disuelta, aunque solo es por Poncho... pero supongo que vale la pena juntar al resto para dedicarle una canción a alguien especial para mí.

—Seguro todas tus admiradoras enloquecerán —sonrió Mariana para después tomar su mochila y levantarse diciendo—: Chicos, me adelanto, Pepe me está esperando.

Piña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora