Rebanada 35. Roto.

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...

Félix:
Tenemos que hablar.

Talía:
¿Vas a terminarme por pedirte que eligieras entre Pepe y yo?  🥺

Félix:
No. ¿Y tú me vas a cortar porque no te hice caso?

Talía:
😭 No. 😭 Creí que me ibas a terminar.

Félix:
¿Estámos bien?

Talía:
Sí. 😭

Félix:
Igual tenemos que hablar, bueno, quiero verte. ¿Quieres ir al cine mañana? 😊

Talía:
Sí. Necesito verte. 😭💕

...

De toda la semana en que Mariana faltó a clases, cada día lloró sin falta por José, no obstante, obligada a regresar el lunes para entregar tareas y presentar un par de exámenes, decidió no mostrar ni un ápice de su tristeza y mejor arreglarse con mucho esmero para que su físico provocara arrepentimiento en aquel que la había engañado.

Dicho propósito resultó en la mirada amartelada de sus compañeros sobre ella, incluida la de Sebastián y Pepe.

—Está buenísima —musitó un chico que estaba platicando con Pepe al fondo de salón. José reaccionó, dejó de ver a Mariana y le brindó una mirada fría a su compañero—. ¿Qué, we? Pues si dices que ya no andas con ella,  ¿qué quieres? ¿Que ni la mire? Es más, voy a ir a saludarla, con per...

El chico se alejó y Pepe, sentándose en su lugar, le envió un mensaje a Mariana que ella miró apenas y el celular sonó.

...

Pepe:
Entregué todas tus tareas de esta semana. Dije que estabas enferma, por si te preguntan los profesores.

Visto.

...

Mariana guardó su teléfono y con el corazón acelerado, siguió hablando con un par de amigos y amigas que se habían acercado para saludarla.

Entre tanto, en el salón de clases, esperando por el profesor, Diego le dijo a Carla mientras ella, sentada en su asiento, pero recargando su codo izquierdo sobre el escritorio de Diego, miraba de cerca a su novio quien la decía:

—Le pedí trabajo de mesero al papá de Félix durante vacaciones.

—¡Genial! Iré a comer al restaurante todos los fines de semana.

—Estaba pensando en lo que pasó la otra tarde en mi cuarto…

—No hables de esto aquí —interrumpió tan ruborizada como él, bajando su vista—, podrían escucharnos.

Pero Diego acercó su rostro al de ella y continuó diciéndole en voz baja:

—Quiero ahorrar dinero en efectivo para llevarte a una de esas cabañas luego de que obtenga la credencial de elector para poder hacer la reservación sin que nadie se dé cuenta. Diré que me quedaré con Pepe y tú puedes decirle a tus padres que pasarás el fin de semana en el depa de Mariana.

Piña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora