Cuando el ascensor se detuvo en su piso, Jimin salió del ascensor y fue directamente hacia su oficina luego de una reunión con un nuevo cliente.
—Señor —pronunció su secretario levantándose de su escritorio.
—¿Sucedió algo mientras no estaba? —preguntó—. ¿Algunos de los dos equipos que superviso me buscaba?
—No señor —aseguró siguiéndolo al interior de su oficina—. El equipo dos ya ha traído la propuesta que pidió bajo las indicaciones del cliente y esperan que la revise para proseguir trabajando en ella, está sobre su escritorio —comunicó.
—¿Qué cliente les di a ellos? —preguntó tomando asiento frente a su escritorio.
—La empresa de zapatos Ruter que quiere celebrar sus cincuenta años de trabajo con un nuevo diseño —contestó revisando su tablet.
—Entonces el equipo uno tiene al del nuevo producto —murmuró—. Tendré noticias de este para esta tarde, así corrigen lo que tienen que arreglar si hay algo de eso. Mañana en la mañana quiero que el equipo uno me envié su propuesta, no hay más plazo para seguir pensando en ello —ordenó.
—Sí señor —asintió anotando cosas—. Uh, ¿mañana trabajará? —preguntó logrando que su jefe le observara.
—¿Por qué no lo haría?
—Es la boda de su prima, señor —le recordó—. Tiene que ir al aeropuerto antes de las nueve para su viaje a la isla Jeju. Todavía no tenemos noticias de su traje que ordenó el senador Park, por lo que llamaré al modista para saber si se lo entregará hoy en la tarde —prometió.
—Uh... Si, claro —pronunció perdiendo ligeramente el ritmo tras ese recuerdo.
Trabajar en una agencia de publicidad y ser el encargado de supervisar los nuevos proyectos siempre ocupaba su mente, tenía que estar atento para no perder detalles importantes mientras supervisaba a otros de comienzo a final para así no perder un detalle crucial que terminaría haciendo enfadar al cliente, finalmente perdiéndolo.
Le gustaría pensar que no importaba el cliente, que cada uno era importante para la agencia, pero la verdad es que no era así y la empresa para la cual trabaja era bastante selectivos con sus clientes y la perdida de uno les afectaba directamente por lo cual siempre se le exigía ser complaciente, y eso era lo que a Jimin no le encantaba de su lugar de trabajo, pero seguía siendo su trabajo.
—Quiero que me envíen la propuesta a mi correo sin importar donde esté —decidió finalmente—. Ya puedes retirarte —anuncio cuando su secretario simplemente se quedó ahí parado frente a él, esperando.
Recargándose en el respaldar de su asiento, Jimin soltó un suspiro e inclinó su cabeza hacia atrás, contemplando el techo de su oficina.
Por un momento, casi había logrado olvidar la mierda de familia que tenía sobre su espalda.
Desde aquel día en la fiesta, en la cual su padre solo le había llamado a su despacho para culparlo de las acciones de la perfecta Su-ji que había ignorado cualquier llamada de él, de su madre u otro integrante de la familia.
El principal motivo, cuando le había dicho a Yoongi que dejaría de complacer a su padre y vivir su vida bajo las expectativas de otro, no mintió.
Realmente estaba cansado, harto de que no sólo su padre, sino que toda la familia Park por parte de su padre y la de su madre cargaban contra él ante el más mínimo error, como si él fuera el culpable de cada problema que ocurriese en sus vidas.
Lo cual, por supuesto que era irracional y estúpido, pero sin importar lo que hiciera o dijera, ya era como algo habitual, como si estuviera decidido que él era el culpable de todo, fuera así o no.
ESTÁS LEYENDO
Bousni💋
FanfictionUna traición. Un viaje a las Vegas. Un error. Un trato. Jimin nunca había sido alguien exigente, aceptando todo lo que cayera en su regazo con tal de que su padre le brindara algo de atención, pero cuando Su-ji vuelve a hacer una de las suyas co...