Capítulo III: ¿Lo abro?

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Y poniéndome de lado, comencé a leer lo que esas palabras formaban:

"En caso de emergencia, este baúl servirá para ocultar las pertenencias más valiosas de la Dinastía Greola. Si no existiera algún sucesor, este baúl nunca se deberá abrir. Si llegasen a encontrarlo de manera voluntaria, la magia perderá efecto y todo se habrá perdido. Sin embargo, si fue el baúl quien te encontró, todo sucederá cuando deba suceder. En resumen, lo que el baúl contiene dentro, son las pertenencias para el futuro eRy".

«Dinastía Greola...», repetía en mi mente. Y logré recordar que era el mismo nombre de esa dinastía que alguien mencionaba en el sueño que tuve hace una semana. Eso me hizo pensar muchas cosas. Mi mente solo daba vueltas una y otra vez, tratando de comprender todo.

Estaba tan confundido, entonces dejé el baúl sobre una mesa cercana. Aún no podía comprender qué quería decir el resto del mensaje.

Y me hice muchas preguntas más. ¿Quién lo habrá escrito? ¿Nunca se deberá abrir? ¿Todo se habrá perdido? ¿El eRy? Esperen... ¿eRy?

¿Qué podría significar la palabra "eRy"?, porque jamás la había escuchado. Pero me puse a reflexionar en esa palabra rara... la letra R está en mayúscula. Y si mal no recuerdo, las letras mayúsculas deben ir al principio de toda palabra... y al fin lo entendí.

Rey.

No es "eRy", es "Rey".

Seguramente alguien disléxico escribió eso.

"... el futuro Rey".

Si alguien habría tenido una cámara cerca, habría tomado una foto de mi cara, para guardarla como un recuerdo. Es que fue completamente una escena que me dejó en shock. Inmediatamente, me recordé otra vez del sueño que tuve hace unos días. Fue tanta mi confusión que, sin sentirlo, me aparté del baúl, me desvanecí y caí al piso.

Luego también recordé que el apellido de papá es "Greola", y en mi sueño, alguien dijo: "exreyes".

«Mamá y papá fueron reyes en otra vida y este es un juego para resolver», me inventé esa teoría, pero no podía ser cierta. Aunque si tuviera pruebas, lo comprobaría.

O tal vez solamente era mi típica mente, generando pensamientos locos y sin sentido.

"... nunca se deberá abrir". Me mataba la curiosidad. Pero, ¿qué tal si...?

No puede ser. ¿Será cierto?

¿Lo abro o no lo abro?

Eso de convertirse en un rey es algo imposible. No hay ningún rey en nuestro mundo, supongo. Mucho menos en este país. Pero la verdad es que esa frase me pareció muy convincente y no sé el porqué.

¿Qué pasaría si lo abro? Sentí mucho miedo también, no supe qué hacer. Pero la curiosidad mató al gato, ¿no?

Adivina...

Sí, lo abrí. ¿Qué podría salir mal?

Lentamente, levanté la tapa del baúl y prontamente vi un destello de luz en el interior del baúl. Seguidamente, salió algo como una humareda con pequeños brillos. ¿Sería magia o efecto de la luz del sol que choca con el polvo del baúl? No lo sé. Pero no adivines esta vez, porque ni yo sé la respuesta.

Poco a poco la humareda desapareció junto con el destello de luz y lo siguiente que vi me dejó aún más desconcertado.

Dentro había un periódico en blanco y negro, un libro que al parecer es muy antiguo, un pequeño cetro que al parecer es de oro y lo que más llamó mi atención fue una corona. Una corona muy brillante en todo sentido. Una corona hecha con lo que parece diamante, rubí, zafiro y todas las joyas que pudiesen imaginarse.

El diario de un rey: la coronación [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora