Capítulo XL: Entrenamientos II

7 1 0
                                    


17/12/2022 | Cuarto día

-¿Estás segura de que hoy no me pondrás a exterminar al mundo con rayos?

-Hoy no -respondió Cristel con una risa breve.

Por pura suerte que el universo nos envió, nada ni nadie salió dañado por los rayos de ayer. En mi vida nunca había hecho algo como eso. Estaba acostumbrado a ver cómo los relámpagos aparecen en el cielo durante primavera. O durante las tormentas eléctricas. Pero resulta que ahora yo puedo generar rayos... ¡Y con mis propias manos! Claro, me hace falta practicar eso, pero no lo volveré a hacer. No hasta que sepa controlarme mejor.

-De hecho -prosiguió-, hoy no habrá una práctica en específico. Únicamente te enseñaré algunas posiciones o movimientos especiales para la ejecución de los ejercicios aprendidos en los días pasados. ¿Empezamos?

-De acuerdo.

Nos dirigimos al centro del campo de entrenamientos. Ella se detuvo en un lugar específico y yo frente a ella.

-La mayoría de posiciones y movimientos puedes utilizarlos con cualquier ejercicio o hechizo -continuó-, así como en cualquier situación. Pero debes ejecutarlos de la manera correcta. Como introducción te diré que necesitas mucha concentración, además de mucha práctica. En algunas ocasiones se requieren movimientos más bruscos, los cuales podrás realizar si estás concentrado y esforzándote. Esta será la primera demostración.

Ella, de pie, juntó ambas piernas de manera firme. Juntó las manos y cerró los ojos para concentrarse. Luego abrió los ojos y en cuestión de segundos, separó las manos y formó puños, inclinó su cuerpo de lado y hacia la derecha, una pierna quedaba flexionada y la otra estirada. Seguidamente, dio una vuelta de noventa grados hacia atrás, estirando la pierna izquierda hacia atrás y la rodilla derecha únicamente la flexionó. El pie derecho se movió únicamente en su lugar. Su mano derecha quedaba estirada hacia el frente y la otra tenía movimientos libres. Rápidamente, flexionó la rodilla derecha, y la izquierda tocó el suelo. Al instante dio un giro sobre su pie derecho y luego se puso de pie. Por último, dando un salto, lanzó una patada al aire.

-¡Genial! -comenté-. ¿Es karate?

-¿Qué? No, para nada -carcajeó-. Esos movimientos son claves para un enfrentamiento terrestre, que básicamente es lo que hemos aprendido en estos días.

-¿Pueden lanzarse hechizos durante los movimientos? -cuestioné.

-Exacto. Cuando estiras la mano, cuando tu rodilla toque el suelo, cuando des un giro... En esas ocasiones puedes usar tu creatividad para generar magia de distintas maneras. Pero siempre con cuidado. Ahora, comienza a practicar.

Practiqué por varias horas. Al principio fue un desastre: me caía, me golpeaba, me reía o perdía el equilibrio. Por muy fácil que parecía, no lo era. Requería rapidez y concentración, de las cuales la primera me hace falta mejorar. Cristel estuvo ayudándome en todo momento, me corregía cuando me equivocaba en algo. Cuando al fin pude dominar la práctica, no por completo, Cristel ejerció el papel del contrincante. Y noté que cada movimiento encajaba a la perfección; porque cuando ella realizaba uno, yo hacía los movimientos aprendidos, que servían para esquivar los de ella. Viéndolo así, realmente parecía karate o algo así.

Y así fue como estuvimos desde que el sol estaba sobre nosotros hasta que se ocultó en el horizonte. Cansado regresé al castillo, y ella se desvaneció.

18/12/2022 | Quinto día

-¿Alguna vez te preguntaste si podrías crear escenas y lugares ficticios para confundir a alguien? -me preguntó.

El diario de un rey: la coronación [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora