No, afortunadamente, no estábamos muertos.-¿Qué pasó?
Ambos abrimos los ojos y nos separamos. Volteamos hacia donde bajaba la avalancha, y nuestras expresiones faciales no alcanzaban para definir nuestro asombro.
Una gran pared de hielo se había formado frente a nosotros, deteniendo la avalancha. Y efectivamente la lluvia, la nevada y el remolino, habían cesado.
-¿Qué acaba de ocurrir? -indagó Karla, todavía atemorizada.
-Realmente no lo sé. Pero debemos seguir bajando.
Dejando atrás esa pared que había surgido de repente, comenzamos a descender otra vez. Durante el trayecto, las sensaciones en mi cuerpo seguían presentes, y algunas con más fuerza. Hasta que una ola de pensamientos me invadió. ¿Eso qué fue? ¿El universo acaso quiere matarnos? Primero el terremoto, aquella extraña nube de luz, un remolino, una avalancha que casi nos mató y nosotros aún en el volcán.
Algo es cierto dentro de todo esto: la magia sí existe. Y no es algo falso, no es una fantasía. Es real.
Lo venía suponiendo, hasta que esa luz nos lo confirmó. Esa luz hablaba también sobre un creador. ¿Alguien crea la magia? ¿Para qué? ¿La magia es natural o es conducida por alguien?
-No puede ser -esas tres palabras, por parte de mi amiga, me hicieron regresar al momento.
-¿Qué?
-Tú. Tú lo hiciste.
-¿Qué? ¿Qué cosa? ¿Qué hice? -pregunté desesperado.
-La pared de hielo.
-¿Qué? Eso no es cierto -negué rotundamente-, ¿cómo es que supones eso? Pudo haber sido un fenómeno natural, pero yo no causé nada.
-Bien, yo sí considero eso. Mira, ese rayo que te lanzó al suelo, te otorgó magia. Y estando en apuros, tú nos salvaste.
No pude evitar reír ante lo que dijo. Supe que no fue bueno reírme cuando vi que se enojaba.
-Vamos... No te enojes. Es que no... ¿Tu teoría puede ser cierta?
-No lo sé. Intenta generar cualquier cosa.
Bajé la mirada hacia mis dos manos que seguían temblando, y cerré los ojos. Pasaron varios minutos, y no pude hacer nada.
-¿Lo ves? -dije-. Eso solo fue algo natural y ya.
-¿Sientes eso? -desvió el tema.
-¿Ahora qué?
-¡Está temblando!
«¡No otra vez, no por favor!»
-¡Cúbrete! -le grité cuando vi una columna de humo muy lejos de nosotros.
En esta ocasión no era un temblor; efectivamente, el volcán había entrado en estado de erupción. Nos adentramos a una pequeña cueva para cubrirnos de las rocas y la ceniza.
-¡Has algo! -gritó ella. Yo la miré muy confundido.
-¿Qué piensas que puedo hacer?
-¡MAGIA!
-¡Ya te dije que no puedo!
-¡No digas eso! ¡Créeme, sé que ahora tienes magia dentro de ti! ¿Sabes? Nunca me he referido a poderes mágicos, sino en la magia de poder hacer cualquier cosa.
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El diario de un rey: la coronación [LIBRO 1]
FantasyTodo inició en algún lugar del mundo, con una 'gota' de energía mágica. David está indeciso e inconforme con el hecho de ser el nuevo rey, por tanto, sus decisiones transformarán permanentemente la vida de todos. ¿Aceptará ser el rey? ¿Logrará reve...