Profesor

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Capítulo tres.

Narra Ninette.

Payton hizo que me sentara en uno de los sofás y le contara de mis "espectativas de la clase" cosa que preferí no contarle. La verdad es que no sabía qué esperar, ni siquiera sabía si quería tener sexo con un desconocido.

- Bien, te haré unas preguntas, tendrás que contestarlas sinceramente, ¿de acuerdo? -dijo sacando unos papeles de de la mesita de al lado suyo.

Asentí.

- Nombre y apellido de nuevo por favor. -comenzó.

- Ninette Wilde.

- Edad

- 17

Alzó la mirada con un toque sorprendido y volvió a la hoja.

- ¿Virgen?

Intenté tragar con mi boca seca y apreté las manos sobre mi regazo.

- Si -murmuré asintiendo con la cabeza.

- ¿Tienes algún problema cardiaco o algo por el estilo?

Lo tengo en este momento, un hombre de belleza extrema frente a mi haciéndome preguntas que ni mis padres me hacen.

— No, ninguna

- Bien, como eres menor de edad y virgen no puedo hacerte otras preguntas -dijo mientras guardaba de nuevo carpeta- y al ser virgen, no tengo que hacerte estudios

- Pero... ¿qué pasa después? -pregunté pasando mi cabello tras mi oreja.

- Yo puedo desvirginarte o podemos esperar a que pierdas tu virginidad -abrió un poco sus piernas y recargó sus codos en sus rodillas acercando su rostro a mi.

- Tu-u... ¿puedes quitármela?

- No tengo problema con eso

- Pero...

- Ya sé, se que te han dicho que la primera vez es espantosa, pero puedo asegurarte que no lo es -negó con la cabeza- solo tienes que buscar el momento correcto y a la persona correcta - explicó- yo con mucho gusto puedo hacer que tu primera vez sea inolvidable

- ¿En serio? -pregunté algo boquiabierta.

Asintió.

- Pero hay reglas en esto, Ninette -dijo- son simples, si las sigues todo será más fácil

Mi ceño se frunció y él comenzó a decir las reglas una por una.

- Primera regla, no puedes contarle a nadie que doy estas clases -alzó su dedo índice, contando- Si una mujer se topa con ese letrero es porque el destino la llama, no por otras cosas. Dos, no sabrás nada de mi; a que me dedico y qué hago fuera de aquí, eso aplica también para mí. Tres, nada de sentimientos, esto es sexo y nada más que eso. Cuatro, no hay obligaciones, yo te hago sentir bien y tu a mi. Cinco, me protegeré todo el tiempo, nada de semen dentro de ti. Seis, nada de buscarnos a menos que sea para las clases

- ¿Terminaste? -pregunté alzando una ceja.

- Si

- Bien, ¿qué pasa si rompo alguna regla? mas bien, ¿qué pasa si TÚ rompes alguna regla? -remarqué.

- Yo nunca he roto las reglas

- Que no haya pasado no significa que nunca pasarán -sonreí acercando mi rostro.

- Créeme... -bufó recargando su espalda en el respaldo- no pasará

Asentí y me levanté, cosa que él hizo también, es notablemente más alto que yo.

- Cool... ¿cuándo puedes desvirginarme?

- Depende

- ¿De qué?

- De mi estado de ánimo, mi agenda -ladeó la cabeza.

- ¿Puedes revisarla?

Sonrió del lado y se dirigió a un pequeño escritorio, sacó una libreta negra ya casi a punto de terminarse. Hojeó un poco hasta que dio con algún espacio.

- Hoy -soltó viéndome.

- P-ero...

- Si no quieres está bien, no puedo obligarte a hacer algo que no quieras.

Me quedé unos segundos pensando. Mis padres no están en casa, así que no podría pasar nada. Al volver a verlo sus ojos avellana profundos me revolvieron las entrañas y cuando por fin pude hablar.

- ¿Dónde y a qué hora?

- Nunca tengo sexo aquí -dijo- tú decide, es tu primera vez y tiene que ser especial

Bajé la cabeza unos segundos y murmuré "lo tengo".

El lugar donde di mi primer beso, donde leí mi primer libro, donde pasó la mayoría del tiempo en verano.

- Es un jardín

- ¿Dónde? -preguntó metiendo sus manos a sus bolsillo.

- En mi casa

- ¿Tienes auto?

- Si

- Bien, iré contigo -dijo mientras tomaba una carpeta y su saco.

- Ahm...

- Regla número dos -recordó- me llevarás a tu casa pero con los ojos vendados, así no sabré a donde vamos

Sacó una corbata de un cajón, me la dio y abrió la puerta.

Salimos de los "departamentos", Payton cerró con llave y me siguió hasta el auto.

- Es éste -señalé el Civic blanco de mamá.

- ¿Donde puedo poner mis cosas? -alzando su saco y la carpeta.

- Amm, en el asiento de atrás

Corrí a la puerta del piloto y me metí, él dejó sus cosas y cerró la puerta de atrás para después abrir la del copiloto y entrar.

- Date la vuelta -pedí con la corbata en la mano.

Al darse la vuelta puse la corbata cubriendo sus ojos, regresó a su posición normal y después de ponerme el cinturón arranqué.

Cuando llegamos, tomé a Payton del brazo y lo llevé al patio de atrás. Cuando estuvimos en un punto central, me pare frente a él, le quité la corbata y dejé que mirara.

Miró al rededor y sonrió.

- Lindo... -dijo mientras se quitaba el saco y desabotonaba los botones de las mangas- ¿Vas a traer sábanas o algo?

- Era lo que estaba pensando, creo que será mejor que entremos -dije mientras caminaba al interruptor para desconectar las luces decorativas.

- No no, déjalas así -pidió caminando a mi.

Bajo las luces su cabello era más claro dándole un aspecto rojizo dorado. Me tomó de la mano jalándome a él.

- ¿Tienes algún radio o bocinas? -preguntó poniendo una de sus manos en mi cintura.

- Lamentablemente murieron todas en la fiesta de la piscina hace seis meses -reí por lo bajo.

- Entonces... ¿cantas? -negué con la cabeza- yo si, ¿te molestaría si lo hago?

Negué de nuevo son una sonrisa alentándolo a hacerlo.



Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora