De nuevo®

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Capítulo veintinueve.

Narra Ninette.

Y sin darme cuenta ya estábamos totalmente desnudos, en su cuarto.

Tomó mi rostro entre sus manos y siguió besándome delicada, dulce y suavemente. El beso más delicado desde que me desvirginó. Sus manos bajaron para abrazarme por la espalda y segur besando ansiosamente mis labios.

Se separó solo unos milímetros de mi boca y respiró un poco, sus labios acariciaron los míos lentamente y los lamió.

Pegué mi cadera a él metiendo su miembro en mis pliegues, rozando en mi coño sin entrar a mi centro, apreté las piernas.

- ¿Quieres que me venga? -gruñó.

- Estoy segura de que emoujarás antes de que eso pase

- Haz aprendido

- Del mejor profesor -dejé un casto beso en sus labios.

Soltó una risa orgullosa y me miró directamente a los ojos, sus bellos avellana vieron los míos.

- Hoy quiero hacerlo como la primera vez, delicado... -pedí, a lo cual noté algo de vacilación en sus ojos.

- Lo haré como tu decidas -aceptó- pero quiero que después me expliques lo que pasó con tu padre

Asentí casi sin fuerzas. Sus dedos acariciaron mi labio lastimado y me sonrió, pero en ella había tristeza, lástima. Ignoré todos mis pensamientos y cerré mis ojos.

- Quédate quieta, no abras los ojos -ordenó.

Sentí el calor de su cuerpo esfumarse y a lo lejos escuché que corría una cortina. Sentí la cama hundirse y antes de que pudiera pensar, sentí sus manos acariciar mi cuerpo. Subió por mis piernas, y mi pelvis, al pasar por mi vientre dejó un camino de besos hasta la línea media de mi busto, donde se concentró en hacer sus caricias más delicadas.

Mi piel se erizó y mi respiración tomó un ritmo acelerado.

Subió a mis hombros y luego a mi cuello, siguió a mi mentón, después a mis mejillas y mis labios.

- Eres jodidamente hermosa -murmuró.

Sentí su cuerpo encima del mío. Hizo mi cabello a un lado y ocultó su rostro en mi hombro.

Abrió mis piernas con delicadeza y sentí la punta de su miembro en mi entrada.

Su ritmo cardiaco aumentó al igual que el calor de nuestros cuerpos. Se metió en mi despacio, tan despacio que empecé a sentir la delicadeza en sus movimientos.

Me abrazó por la cintura mientras me besaba mientras el va y ven era raudamente suave.

Rodeé mis brazos en su cuello y jalé su cabello con lujuria. Me cargó en sus brazos, cambiando de posición. Quedé arriba de él.

Movía mis caderas en círculos con profundidad aumentando el placer. De vez en cuando, Payton lo hacía más rápido, sus piernas moldeadas chocaban contra la parte trasera de mis muslos y hacía que mi busto se sacudiera frente a él.

Me abrazó y me pegó a él sin dejar de moverse dentro de mí. Me tomó de la nuca y agachó mi cabeza para que lo besara.

Su aliento fresco inundó mi boca.

- Maldita sea... me vengo -gruñó.

Se movió más rápido y de repente soltó todo su líquido dentro de mi. Cuando sentí eso, quise echarme a dormir, me sentía realmente cansada.

Salí de él, pero sus brazos no me soltaban, me miró por unos segundos y quitó mi cabello pegado a mi frente por el sudor, al soltarme me estiré al piso para tomar mis bragas y mi playera.

Al ponérmelas, me dejé caer aún lado de él. Nuestros pies estaban del lado de la cabecera y nuestras cabezas del lado de los pies.

Extendió sus brazos y me dejé caer en su pecho. Él ya tenía puestos unos boxers.

- Duerme... -murmuró.

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora