Técnica perfecta

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Capítulo cinco.

Narra Ninette.


Cuando desperté, sentí el brazo fornido de Payton rodeando mi espalda. Levanté la vista y lo vi viendo su celular.

- Buen día -dijo entre dientes.

- Buen... -miré el reloj de mi buró 23:32- ...idiota

- Era una broma, preciosa -sonrió- creí que por ser más joven entenderías

Bloqueó su celular y lo dejó en el buró de al lado.

- ¿Lista para tu primer clase? -preguntó entusiasta.

- ¿Qué...?

- Te enseñaré unas cuantas cosas del sexo

- ¿Ahora? -confundida.

- Ya estamos aquí -se encogió de hombros.

Me separé de él y asentí, estiré mis brazos hacía arriba y la sabana cayó el cual no le vi importancia hasta que escuché su risita.

- ¿Haces ejercicio?

- ¿Por qué la pregunta? -pregunté tapandome discretamente con la sabana de nuevo.

- Tienes un cuerpo realmente tentador -regresó su mirada a mi rostro- si no supiera tu edad juraría que tienes unos 22

Se levantó de la cama y sentí el sonrojo al verlo solo en boxers.

- Voy a enseñarte a seducir un hombre y llevarlo a la cama -recogiendo sus pantalones del piso- necesito que te vistas -ordenó.

- ¿Vestirme?

- No querrás saber lo que haría si sigo viéndote desnuda -mustió.

- Tal vez si -sonreí con burla y diversión.

Volteó a verme y su sonrisa hizo que desapareciera la mía.

- Te veo abajo -rió por lo bajo y salió de la habitación.

Cuando me vestí bajé y caminé a la cocina donde había escuchado un ruido.

- ¿Sabes actuar? -preguntó abriendo el refrigerador.

- Tomé unas cuantas clases en séptimo grado -recordé.

- Perfecto -sacando el jugo de durazno cerró la puerta y tomó el vaso que estaba en el escurridor, que yo había usado en la mañana-... yo me quedaré aquí y tu ve a la sala, intentarás convencerme de hacerme un oral

- ¿Qué? -solté.

- Ya oíste -sonrió con los labios apretados- ahora muévete

Sacudió la mano para que me fuera y como robot así lo hice. Me senté en el sillón individual que veía hacia la cocina mientras él servía jugo en el vaso.

Me crucé de piernas y tomé una de las revistas de la mesita de al lado, comencé a hojearla un poco y levanté mi vista de reojo a Payton quien estaba de nuevo viendo su celular. Lamí mis labios y lo miré de arriba abajo tentadora. Cerré la revista y me levanté decidida caminando a él.

- Disculpa... -dije y él no dejó de ver su teléfono- ¿puedo sentarme?

- Aja, si -desinteresado.

- ¿Dónde compraste ese cinturón?

- Oh, en una tienda -dándole un sorbo a su vaso aún sin verme.

- No he podido dejar de observar la hebilla, se ve tan... gruesa -sonreí provocativas cuando por fin pude hacer que me viera con el ceño fruncido.

- ¡Aburrido! -soltó mirando al techo para después verme de nuevo- cualquier otro hombre te hubiera dicho: nena, por favor, ve a tomar tu leche con chocolate y vete a dormir, no molestes -escupió seco.

- Pero...

- Tus palabras tienen que ser la carnada... tentadoras y provocativas, no aburridas y agobiantes -guardó su teléfono en su bolsillo.

- ¿Entonces qué digo?

- Siéntate, ahora yo te provocare a ti

Tomó un último sorbo de su jugo y se fue a la sala. Mientras yo me senté y le robe un poco de jugo. Me quedé mirando el líquido anaranjado, con cada giro que le daba al vaso dejaba un rastro de pulpa y volvía a bajar.

- Te he estado observando y eso que haces... lo del vaso ¿tiene que ver con algo psicológico o solo no necesitas un poco de compañía?

Alcé la vista con un ceño fruncido y él miró mis labios de reojo, provocándome.

- Me gusta estar sola -solté neutra.

- A mi también -sonrió encantador- podríamos compartir esa soledad juntos

Sin evitarlo sonreí a boca cerrada.

- Payton Moormeier -extendió su mano tomando la mía con delicadeza.

- Ninette Wilde

Dedicándome una sonrisa preciosa dejó un suave beso en el dorso de esta y al soltarme se sentó frente a mí.

- Tienes unos ojos preciosos -dijo mirándome con un toque lindo y provocativo.

Alcé la cabeza con seguridad. Sus ojos me analizaron de arriba abajo y lamió sus labios discretamente.

- Pero me gusta más tu pantalón... -dijo en un tono grave volviendo sus ojos a los míos- se ajusta perfectamente a tus piernas, es imposible no mirarte

Sentí como la sangre de mis venas bombeaban más aprisa.

- No te ofendas, pero si no fuera por mí reputación, te hubiera llevado a mi cama desde el instante en el que te vi entrar

- ¿Ah si? -me acerqué a él un poco a él.

- Lo haría ahora mismo, si me lo permitieras -acercándose a mi.

- ¿Qué pasa si digo que no?

- Vamos Ninette, ninguna chica se resistiría a ir a la cama conmigo

Se acercó aún más a mi, nuestras respiraciones eran una y nuestros ojos no rompían al conexión. Antes de sentir sus labios con los míos sonreí.

- Mi turno

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora