Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |

Así te llamó el, ¿no?

Capítulo diecinueve.

Narra Ninette.

Su voz era inconfundible, tanto que por más molesta que esté con él, mis piernas flaquean. Tengo que admitir que es para nada desagradable que Payton quisiera hablar conmigo.

— ¿Qué quieres?

— Hablar

— Estamos hablando, Payton

— ¿Qué es lo que te pasa? —preguntó en un tono frustrado.

— Ya no quiero más esas clases —solté— agradezco tu tiempo y que te interese, pero solo me quieres para eso

— ¿Se supone que tendría que quererte por otra cosa?

Sentí la bilis en mi garganta. Mi estomago se removió con dureza y dolor.

— ¿Por qué eres tan cruel?

— ¿Cruel yo? —rió— te recuerdo que fuiste tú quien quiso que la desvirginara, todo es tu culpa porque sabías las reglas, de nadie más

— ¿Mi culpa? —bufé furiosa— ¡Dios mío, Payton! deberías dejar de echarle la culpa a quien se te atraviesa —escupí— sigue tus estúpidas reglas y no hables más conmigo, ni me busques y ni siquiera me espíes —escuché una expresión silenciosa ahogado del otro lado de la bocina— ¿A caso crees que no me di cuenta? ¡Dios, Payton! ¡madura!

Colgué. Estaba realmente furiosa, furiosa por el hecho que yo sintiera cosas por él más rápido que lo llegué a hacer con cualquier persona, incluyendo a Laurie. Tal vez fue el hecho de que tuve mi primera vez con él, o fue el primer hombre que dijo todos los cumplidos que he escuchado sin querer algo a cambio.

— ¿Todo bien? —preguntó Harry viéndome de reojo con una mirada curiosa.

— Si, solo unos problemas... familiares

— Payton es tu... primo —completé.

Recargué mi cabeza por completo en el respaldo. 

Una canción en la radio comenzó a sonar, inmediatamente comencé a tararearla.

— Yo conozco esa canción —animó subiendo el volumen.

— Desperado de Rihanna —asentí.

— ¿Te gusta Rihanna?

— No es un secreto, Harry —reí— cuando salíamos solía escuchar miles de canciones de ella

— A veces se me olvida, Nette

— Lo sé...

Miré por la ventana, las estrellas parpadeaban y el viento soplaba haciendo que los árboles bailaran.

— ¿Qué sucedió, Ninette? ¿Por qué quisiste que te ayudara? —preguntó interesado.

Me removí en el asiento intentando cubrir mis piernas con las mangas largas de la sudadera. Al parecer se dio cuenta así que estiró su brazo a los asientos de atrás y darme una sudadera azul de la escuela. Cubrí mis piernas y las encogí en mi pecho.

— No es algo que te interese —solté en un tono algo violento.

— Ninette, lo dije en serio... lo anterior, puedes confiar en mi —repitió— sé bien que lo que ha pasado con nosotros en el pasado es irreversible, pero quiero que sepas, que de todo corazón me disculpo —soltó— te apoyaré con lo que sea, tanto como me sea posible

De repente sentí ese feo vacío en el estómago, ese que te retuerce las entrañas y no te deja respirar. Tragué saliva y estaba a punto de pedirle a Harry que se detuviera, pero lo hizo sin intervención de mi parte.

— Dime que lo conoces —pidió casi en súplica.

Volteé a ver hacia enfrente, donde Harry veía. Un hombre bajaba del suto que nos cegaba con las luces xenón.

— No alcanzo a ver nada

Entrecerré los ojos para tener una mejor visibilidad de lo que estaba pasando, pero no alcancé a ver nada. 

— H-harry... —dije cuando vi al hombre acercarse.

— Hermano, ¿necesitas algo? —preguntó asomando su cabeza por la ventana.

El hombre no dijo ni una sola palabra, solo siguió avanzando.

— ¡Vamos hombre! intento llevar a mi hermana a casa

A pocos pasos, vi el destello avellana de sus ojos a través del cristal. Abrí la puerta y bajé dejando fuego .

— ¡¿Qué mierda, Payton?!

— Ven conmigo —me tomó del brazo con delicadeza y me solté con rudeza.

Harry bajó del auto. 

— Hombre, no tienes por qué tratarla así —lo jaló del brazo para encararlo.

— No es algo que te concierne, Harry —escupió— solo vengo a hablar con la zorra de tu novia

— ¡¿Qué?! —grité y le di un empujón.

— ¡¿No es así como él te llamó?! —recordó— pensé que eras más inteligente, ahora entiendo porqué me dejaste en la piscina, tenías asuntos que resolver con el marica de tu novio

— ¡Cierra la boca! —intenté lanzarme a él para empujarlo de nuevo.

Pero antes, los brazos de Harry tras de mi me detuvieron, me llevó hasta el auto y me metió. Antes de él entrar, le dijo algo a Payton, no sé que fue, pero me dio rabia que Harry no me dejara darle sus merecidos golpes.