Admirar

1.1K 41 0
                                    

Capítulo cuarenta y ocho.

Narra Ninette.


— Iremos al aeropuerto y después nos quedaremos en la cabaña de mi hermana —dijo Payton son una sonrisa.

La cara de mi amiga estaba tranquila, pero sus ojos tenían un destello que conocía claramente: ¿Estás segura?

Asentí.

— Está bien, yo me encargo de que tus padres no lo noten, le diré a mi madre que iremos con Nick al aeropuerto y que tu nos acompañarás

Sonreí de oreja a oreja.

— Gracias Halley

— Anda, ve por muchos trajes de baño y una que otra blusita, estoy segura de que no necesitarás nada más —dijo con un tono burlón.

Payton supo a lo que se refería y se sonrojó un poco.

— Creo que no podremos... mi mamá viene con nosotros —rió con nerviosismo.

Subí rápido las escaleras y entré en mi cuarto para tomar lo que necesitaría para una semana de vacaciones. Saqué una mochila para meter todo y la dejé sobre la cama, en eso vi a la puerta.

Estaba Halley recargada en el marco mirándome como su acabará de cometer un pecado frente a sus narices.

— ¿Qué? —pregunté tranquila.

— Ninette, ¿estás 100% segura de esto?

— Todo estará bien, el plan sigue —guardando mi ropa en la mochila— sólo quiero pasar el mayor tiempo posible con él antes de desaparecer para siempre

— Se va a dar cuenta

— No lo hará, a penas se notan los síntomas —recordé— además sólo tengo un mes y medio

— No puedes arriesgarte, Jules te lo dijo —me recordó.

Solté mis cosas y caminé a ella para tomarla de la cara entre mis manos.

— Lo sé —tranquila— estoy asustada, no hagas que me eche para atrás, tengo que aprovechar el tiempo que me queda... lo amo, Halley

— Sé que lo amas y por eso no voy a detenerte... pero no sé puede enterar porque él también te ama y si sabe que tu embarazo es riesgoso va a elegir tu vida antes que la del bebé

Me acerqué a su cara y dejé un beso en su frente, me di vuelta para cerrar mi mochila, caminé a la puerta y abracé a mi amiga.

— Te amo Halley... —murmuré.

— Empacaré tus cosas cuando tus padres no estén —apretó sus brazos a mi alrededor— espero que para cuando regreses hayas arreglado todo con Moormeier

Besé su cabeza y me separé.

— Te veo en unos días —guiñé un ojo.

Ella asintió y yo salí disparada escaleras abajo encontrándome con Payton sentado en la sala.

— ¿Lista? —preguntó al verme con una sonrisa.

Asentí.

Se levantó y caminó a mi para quitarme la mochila y colgarla en su hombro, tomó mi mano y salimos de la casa, cerré la puerta tras nosotros y fuimos a su auto, me abrió la puerta del copiloto y entré para acomodarme y ponerme el cinturón, él entró y se acomodó.

— Te va a encantar el lugar —aseguró y se estiró a mi para dejar un beso sobre mi mejilla.

[...]

Unas horas más tarde, habíamos dejado la carretera para adentrarnos en esa ciudad. Durante el viaje nos detuvimos varias veces para llenar el tanque de gasolina y aprovechar para comprar bocadillos.

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora