Capítulo cuarenta y dos.
Narra Ninette.
— ¡Suéltame, maldito idiota!
— No le digas así a tu próxima pareja sexual, princesa
Rasguños profundos e hirientes en todo mi cuerpo
— Te voy a follar tan bien que esto no lo tomarás como algo ilegal
Las estrellas pintadas en el cielo me hacían creer que todo estaría bien
— ¡Por favor, basta!
— Solo disfrútalo
"Mientras más luches, más buscará tu debilidad"
— Esto lo voy a disfrutar
— ¡Déjame!
Mi piel desnuda del torso tocando el cemento.
Mi garganta se desgarró una última vez
— ¡Ninette!
Una bola de seis chicos corriendo a mi rescate
Mi cuerpo temblaba y sangraba de dolor
— ¡No te duermas, mi amor, no te duermas!
El pitido de una alguna alarma me despertó de golpe, no podía moverme, no sentía mi cuerpo. Parpadeé un par de veces y entonces sentí la realidad golpearme como nunca lo había hecho antes.
Estaba en el hospital.
Miré a todos lados, hasta donde podía, el dolor en todo mi cuerpo comenzaba a quemar hasta en los lugares donde nunca lo había hecho.
Intenté tragar saliva, pero el dolor en mi garganta raspaba.
Intenté hablar, pero no podía.
— Hola Ninette... —dijo una voz femenina y suave al lado de mi— Soy Joselyn, tu doctora
Sentí lágrimas caer por mis ojos.
— Sufriste una violación, no hubo contacto genital, pero te lastimó a escala riesgosa —explicó tan suavemente que me sentía tranquila y protegida— Hay un par de policías que quieren tomar tu testimonio, pero antes hay que revisar si tienes heridas interiores en tus genitales y revisar tu cabeza
Cerré los ojos con fuerza y como pude asentí.
Fue tan gentil y cuidadosa, intenté hablar y agradecerle, pero simplemente no podía.
Al cabo de unas horas, di mi testimonio, me dieron de comer y revisaron mis heridas una vez más.
Ya había dejado de llorar, pero cuando Laurie se asomó por la puerta, no evité llorar de felicidad y agradecimiento por verlo ahí. Él corrió a mi y sin importarle mucho me abrazó con todo el cuidado del mundo evitando hacerme daño.
Cuando pude volver a tranquilizarme, Laurie comenzó a contarme cosas sin sentido para que me distrajera. Me hacía reír.
Todo estaba bien, hasta que sacó a conversación...
— Ninette...
Lo volteé a ver para que continuaara hablando. Ya podía hablar, pero me dijeron que no lo hiciera mucho para que me recuperara más pronto.
— Sería bueno que hablaras con tus padres, estarán muy preocupados por ti
Tomé aire y fuerzas.
— La doctora dijo que ha intentado llamarlos hace unas horas, pero supongo que están algo ocupados —dije muy por lo bajo con una voz ronca casi apagada.
No era que me sorprendiera, todo el tiempo trabajaban y al parecer yo era su ultima prioridad. Cuando me fugé con Payton, no se dieron cuenta que no estuve, y fueron varios días.
— Amh... yo —dijo algo dudoso— también llamé a Payton
Mis ojos se abrieron de par en par. ¿Había hecho qué?
— Supuse que por ser una persona muy cercana a ti tenía que saberlo —dijo tranquilo— estaba en Australia, por eso aún no ha llegado
Miré a otro lado, miles de pensamientos revolotearon por mi mente.
— ¿Qué le dijiste?
— Lo que pasó...
Cerré los ojos y comencé a tararear en mi mente "break my stride" para alejar los cortos y borrosos recuerdos de ayer.
— Creo que se alteró demasiado, porque se escuchaba que le pedían que dejara de empujar a la gente y los muebles
Solté una pequeña risa y volví a abrir los ojos. Las imágenes de Payton teniendo sexo con otra mujer volvieron a mi.
— No tenías por qué decirla a nadie
Se removió un poco separándose de mi.
— Ninette, eres una inconsciente —escupió— ¿sabes cuantas personas estarán preguntándose qué te pasó y porqué no podrás ir al colegio?, tienes amigas a las cuales no tendrás otro remedio más que decirles
— No pensé que...
— No, tu nunca piensas, nunca piensas que todos además de ti sentimos —se levantó de golpe— hay muchas personas que te aman y te quieren, personas que darían todo por saber que estás bien sin importar y tu lo que haces es pensar que no nos importa, no puedes hacer eso porque también tienes que pensar en el mal que les puedes hacer si ocultas las cosas, porque al fin y al cabo sin esas personas no serías nada
Sin darme cuenta, estaba llorando de nuevo. Tenía razón, soy una egoísta que no pensaba en los demás más allá.
— Perdón... —sollocé.
— No, no tienes que
— Claro que si —solté otra lágrima— siento mucho no haberte dicho las cosas y tratarte como basura, lamento mucho no ir a ninguna de tus clases por no soportar el hecho de que me siento en total estúpida frente a ti... perdóname
Sonrió con ternura y ladeando la cabeza se acercó a mi limpiando mis mejillas.
— No llores, Ninette —murmuró dejando un beso en mi frente.
Acarició mi cabello y yo solté aire pesado de mis pulmones dolorosos. Se quedó unos segundos así y de repente se levantó para caminar a la puerta.
El miedo creció.
— ¿A donde vas? —pregunté alarmada.
— Necesito alientarme y bañarme —dijo con algo de diversión oliendo su playera haciendo una mueca de asco.
— ¿Puedes... puedes quedarte hasta que me quede dormida?... es que no quiero estar sola
Sonrió.
— Si después hueles a perro mojado, no será mi culpa
Solté una risa y me hice hacia la orilla para que tuviera espacio para acostarse. Cuando lo hizo no dudé en acurrucarme en su costado y tomar su playera en un puño para que no se escapara. Olía delicioso, no entiendo por qué se quejaba de su olor, a mi me parecía perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |
Fanfiction"La primera clase es gratis" Decía el anuncio que la protagonista encontró para conocer al empresario con doble vida, del cual se enamoraría y en el camino (sin querer) de su mejor amigo. Payton. Moormeier. ☠️ Adaptación de la novela de @SandyRam...