Querer desaparecer

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Capítulo treinta y cuatro.

Narra Ninette.

Sin poder evitarlo, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Me senté haciendo que me soltara y me acomodé de una manera en la que lo veía. Él se sentó igual, viéndome.

— ¿Qué? —pregunté asegurándome de lo que había dicho.

— Te quiero

— ¿De verdad me quieres?

— De verdad te quiero

Mi sonrisa se ensanchó y la de él igual. Mordí mi labio inferior por dentro y estiré mi mano para hacer su cabello a un lado, en el viaje acaricié su mejilla y admiré cada rincón de su cara.

Tomé su rostro este mis manos y dejé un beso en su mejilla mientras dejaba caer mi cuerpo sobre el suyo para recostar me en su pecho.

Me quedé mirando su piel brillante al reflejo de la luz de la luna y alcé la cabeza, recargando mis manos en su pecho y mi barbilla sobre ellas.

Sus ojos brillantes miraban los míos.

— ¿Me das un beso? —pedí cómo niña pequeña.

Negó con la cabeza.

— Tu dámelo —reclamó.

— No

— Ah vamos, no seas orgullosa y dame un beso —bufó.

— Dámelo tu... —cerré los ojos haciendo mis labios en pico esperando a que sus labios tocarán los míos, pero en vez de eso, dejó un beso en mi frente — más abajito

— ¿Ahí? —dijo dejando un beso en mi nariz.

— Maaaas abajito

Rió y dejó un beso en la comisura de mis labios.

— Vamos, creo que tienes mejor puntería que eso

Soltó una pequeña carcajada y entonces sus labios tocaron los míos, frenéticos y deseosos, los míos abrazaron los suyos con lentitud, pero con bastantes movimientos que invitaban a Payton a seguir.

— Oye... —dijo entre besos— ¿sabías que en unas horas tienes que ir a la escuela?

— ¿En serio?... yo no siento como si fuera lunes

— Creéme, lo sabrás en un rato

Volví a dejar mi cabeza sobre mis manos, no quería quitarme de él. Quité mis manos y pegué mi oído a su pecho.

— ¿Quieres que durmamos un rato y te despierto a las seis de la mañana, para que te lleve a tu casa y puedas...

— ¿Quieres callarte? —interrumpí— estoy disfrutando del calor de tu cuerpo y el sonido de tu corazón, no me interrumpas

Cerré mis ojos escuchando una pequeña risa a través de su cuerpo y me perdí en el tamborilero de su corazón. Simplemente caí en la inconciencia y no supe nada más de lo que había quedado en esa cama, en ese momento tan precioso más que el recuerdo.

Había disfrutado de un buen sueño hasta que a Payton se le ocurrió despertarme a besos por ahí de las cinco de la madrugada. Insistí mil veces en bañarme en su pent-house, pero dijo que no quería quitarme la privacidad de dedesvestir e en la bañera.

— ¿Lista? —quitó la mirada de su celular para verme.

— Si... —dije al pasar por su lado y dejé un beso sobre sus labios

— Mmmm... sabes diferente —lamiendo sus labios.

— Nuevo enjuague bucal —señalé mis dientes y caminé a la puerta de entrada.

Escuché sus pasos tras demi y a salir del pent-house, subimos a su auto. Ese flamante Audi negro. Pasó a dejarme en mi casa y rápidamente me bañé y me arreglé, al bajar las escaleras, Payton estaba en el sofá, tan elegante y apuesto. Al verme sonrió y se levantó para abrir la puerta de la entrada.

Durante el camino a la escuela, el ambiente se sentía algo tenso por la parte de Payton, tamborileaba sus dedos en el volante y miraba ambos espejos retrovisores sin motivo. Algo que ignoré.

— Entonces... —dijo inconcluso de repente.

— ¿Qué? —algo distraída.

— ¿Quieres ser mi novia, Ninette? —pregunto viéndome de reojo, en sus ojos había un brillo.

Mi corazón amenaza con salir de mi pecho.

— Creí que había quedado claro

— Bueno, quería asegurarme —sonrió inocentemente.

Sin darme cuenta ya estábamos frente a la escuela.

— Bien, te veo luego —dije quitando mi cinturón.

— ¿A donde vas? —dijo antes de que pudiera abrir la puerta del auto.

— A fingir que voy a la escuela, pero en realidad voy a ir al centro comercial —solté con sarcasmo haciéndolo parecer sincero.

— Tienes que esperar a que estacioné el auto para que te acompañe a la puerta —exclamó.

— ¿En serio? —pregunté con la emoción de una niña pequeña.

Sonrió del lado, encantadoramente, mostrando un oyuelo en su mejilla.

Avanzó el auto hasta un lugar vacío. Cuando lo encontró, tomó mi mochila que estaba en mis piernas y se la colgó en el hombro, tomó sus lentes oscuros y se los puso para después bajar del auto dirigiéndose a mi puerta.

Apreté los ojos un parde veces esperando a despertar del posible sueño en el que estaba, pero nunca lo hice.

Payton abrió la puerta de mi lugar y me invitó a bajar estirando su mano a mi, la tomé y salí del auto.

Le dediqué una sonrisa enorme y él dejó un casto beso en mi frente. Al acercarnos a la escuela, poco a poco mis nervios se ponían de punta.

Él caminaba con toda seguridad desbordando su encanto y solo lo miraba a él, no quería ver a nadie más.

— ¿Te importa si paso a recogerte en la salida? —preguntó dándome mi mochila denuevo.

— No —respondí rápidamente con emoción, sonrió con burla— es decir... no, no hay problema —respondí más tranquila sintiendo mi corazón latir a mil por segundo.

Sus manos tomaron mi rostro y dejó pequeños besos en mis mejillas para finalizar en mis labios. Estaba siendo realmente amoroso. Sentí la mirada de varios ojos encimade Payton, pero él tenía los suyos en mi y sólo en mi.

— Te veo luego entonces —dijo sonriente, asentí— te quiero, Nette —pegó sus frente con la mía sin cerrar sus ojos.

Admiré el bello café amarillento de sus ojos.

— Te quiero

Sonrió sin mostrar dientes, la ternura en ella era notable.

—Anda, entra —acarició mi cabello.

Sonreí una última vez admirando su rostro y di vuelta para caminar a la entrada. Al dar unos pasos miré de reojo hacia atrás y él ya no estába ahí. Al volver a mirar hacia enfrente, estaba Laurie.

Deseé poder haber desaparecido e irme en ese instante. El mejor amigo de mi ahora novio acaba de darse cuenta de que estaba saliendo con su mejor amigo.

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora