Caer

1.4K 48 6
                                    

Capítulo veintitrés.

Narra Ninette.


Ya en el baño, me quité la playera cafe y la blanca al manchar las ambas quedando en sostén que también está manchado de rojo.

Ahora que lo pienso no fue la mejor idea.

Tomé una toalla para manos y me la pasé por el torso quitando lo mayor posible.

- Ninette, ¿estás bien? -preguntó Nicola, la gordita de cabellos rubios.

- Ah, si... solo una tontería, quería tomar de mi copa y no le atiné bien, salí corriendo porque me dio vergüenza haberme mojado con algo que ni un pequeño niño haría -dije soltando una risilla entre dientes.

- Oh... solo fue un accidente -dijo dándome una tierna sonrisa.

Sonreí igual a través del espejo. Se acercó a mi y empezó a recoger mi cabello.

Después de un rato, Nicola le llamó a una chica y la mandó a traer algo de ropa para mi. La chica regresó con un vestido negro de seda con una aventura en la pierna, escote en la espalda y en el frente. No es tan discreto, pero es hermoso y elegante.

Me metí a un cubiculo para cambiarme y al salir estaba Halle, la mujer de cabello negro y corto, Jánae, la de cabello rizado y vestido plateado mate.

Sin decir nada, me jalaron a ellas y acomodaron mi cabello, dieron una arreglada con maquillaje y al terminar me vi al espejo mi cabello lacio en una coleta baja perfectamente peinado con un poco de gel.

No tardamos ni veinte minutos cuando volvimos a salir del baño. Ellas me cubrían ya que me daba algo de pena salir. Me asomé para ver a las parejas bailando en la pista que ahora estaba despejada de mesas. Una bolita de mujeres platicando y otra de hombre fumando un cigarrillo mientras conversaban.

A lo lejos vi a Payton en un extremo, besando, acariciando y sonriendole de esa manera tan encantadora a otra chica. Al otro, estaba mi Laurie, solo, mirando al piso, enamorado de mi.

- Vamos... -animó Jánae.

Las chicas me abrieron paso y con nervios caminé en su dirección.

Como si hubiera sido un destello, Laurie miró en mi dirección. Sus labios se abrieron en sorpresa al igual que sus ojos y se quedó inmóvil hasta que llegué frente a él.

- ¿Ninette? -divagó casi atónito.

- La misma -sonreí.

Me abrazó fuertemente y me levantó entre sus brazos dando una vuelta para después bajarme y plantar un beso sobre mis labios. Tomó mi rostro entre sus manos y siguió abrazando nuestros labios.

Me abrazó por la cintura y me dijo lo linda que me veía.

- Te quiero -soltó.

- Y yo a ti -sonreí.

Reímos como tontos y de repente nos llamaron a todos.

- El querido Payton se ha ofrecido a bailar un tango con su novia Oviana

Sentí una punzada y un sabor agrio en la boca. Emocionado, Lauire me tomó de la mano y fuimos a donde estaban los demás para ver. Nos pusimos hasta enfrente y Lauire me abrazó por la espalda recargando su barbilla en mi cabeza.

Las luces del centro a donde estaban ambos dándonos la espalda se encendieron. Pocos segundos después la música invadiendo el salón y los movimientos de Payton y Oviana empezaron.

Acaricié las manos de Laurie tratando de ignorar mis celos.

- Bailan muy bien -admití para Laurie.

- Yo creo que bailas mejor que ella, es decir, ganaste un premio en el concurso de baile en noveno grado, ¿no es así? -dijo mirándome de reojo.

- ¿Cómo lo supiste? -sonreí.

- Tu profesor de baile me lo dijo -soltó con simpleza.

- ¿Conoces a Alex? -reí por lo bajo interesada.

- Me ayudó bastante a saber más de ti

Reí negando con la cabeza y lo tomé de la nuca para dejar un corto beso sobre sus labios. Regresamos nuestra vista a la pareja de bailarines.

En un fugaz momento mientras Payton le daba unas vueltas a su pareja, su mirada cruzó accidentalmente con la mía. Sé que realmente me vio cuando volvió a buscarme con la mirada.

Su expresión era de confusión. Lo miré deteniéndome y al parecer eso lo distrajo porque dejó que cayera Oviana frente a él sin querer. Todos nos exaltamos.

La música paro y dos chicas se acercaron a ayudarle. Payton no quitaba su mirada de la mía, asombro y confusión eran notables en eso bellos avellana.

Al ver que no podían levantarla ellas solas, di unas cortas palmadas en la manos de Lauire para que me soltara, así lo hizo y caminé a ellas.

Las ayudé y la llevamos al baño. Las dos chicas, Paula y Daiana me dijeron que ellas podían solas. Pregunté una última vez a Oviana si necesitaba algo a lo cual ella negó con amabilidad.

Salí del baño soltando un suspiro y al alzar la mirada al largo y apartado pasillo del salón, vi a Payton caminando a mi con cautela como si fuera un fantasma o un espejismo.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó aún sorprendido al llegar frente a mí.

- Oye tu novia acaba de doblarse el tobillo posiblemente con un esguince por los tacones que trae y eres el único a quien no le interesa

- Tu fuiste la razón por la que la dejé caer

Negué con la cabeza riendo con incredulidad y terminé de bajar los tres escalones de la entrada del baño para seguir mi camino, pero antes sentí la mano de Payton tomando mi brazo con delicadeza.

- ¿Con quién viniste? -curioso.

- Con Laurie, Payton

- ¿Lo conoces?

- Es mi novio

- ¿Tu novio? -preguntó en un tono que supe distinguir.

- Dijiste que era libre de salir con quien yo quiera, ¿hay algo de malo con eso?

Lo dejé con la palabra en la boca, seguí mi camino por el pasillo y al dar vuelta en una esquina vi a William.

Quise darme vuelta e iré, pero ya era tarde, ya me había visto.

- Hola, linda -saludó acercándose a mi.

Sonreí en saludo.

- ¿Donde está Laurie? ¿Te dejó sola?

Siguió acercándose poco a poco hasta que mi espalda tocó una pared y su cuerpo estaba pegado al mío. Me tomó de la cintura con rudeza y enterró su cara en mi cuello.

- Sueltame -ordené forcejeando.

- Sé que necesitas esto más que yo

Su mano bajó a mi trasero y tapó mi boca con la otra. Solté un grito que supe que nadie alcanzaría a escuchar gracias a la mano de William en mi boca. Me jaló a un rinconcito muy oscuro, casi invisible a simple vista. Seguí forcejeando y forcejeando.

William me aplastó contra la pared acorralandome. Con una mano empezó a desabrochar su cinturón y a bajar la bragueta. Mi desesperación aumentó.

Comencé a llorar.

Subió mi vestido hasta el abdomen y bajó mis bragas. Acercó su miembro ya desnudo a mi entrada y empezó a acariciarla con su masculinidad.

De repente se escuchó un grito de una mujer y él se dio vuelta dejándome caer al piso, mi cabeza golpeó con una columna. Por el pasillo salió Payton corriendo y agarró a William antes de que se fuera.

Varios gritos y golpes se escuchaban con eco y a la lejanía.

Lo último que vi fue la silueta de un hombre acercándose a mi con delicadeza.

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora