No lo arruines

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Capítulo veinticuatro.

Narra Ninette.

Al abrir los ojos, despertemos en una habitación totalmente familiar, es de Laurie. Escuché a lo lejos varias voces que poco a poco se volvían cercanas y claras.

— ¿Nette? —escuché que a mi novio.

Parpadeé un par de veces y todo se veía claro.

— Siento que he dormido días

Soltó una risilla.

— Solo fueron tres horas, nena hacaricuando mi cabello.

Al cerrar los ojos pequeños flashbacks se formaron haciéndome recordar a William.

— Él...

— Está en la estación, Payton pudo agarrarlo antes de que escapara

Asentí y cerré los ojos, Laurie me pegó a su cuerpo con suavidad acariciando mi espalda.

Una llamada interrumpió ese corto momento, sacó su teléfono de su bolsillo y miró la pantalla.

— ¿Hola? —contestó— Thalia... —dijo con tranquilidad— no te preocupes, está bien... claro, permíteme... —tapó la bocina de su teléfono y me miró— quiere hablar contigo

Asentí y después de que él se despidiera me dio el teléfono, lo pegué a mi oreja y suspiré.

— Hola...

— Ninette, ¿como te sientes? —preguntó suave.

— Bien, aún me siento algo mareada— admití.

Laurie me miró con preocupación y yo acaricié su mejilla haciéndole saber que estaba bien.

— Sé lo que te hizo —dijo ella— pido una disculpa en su nombre ya que yo iba a casarme con él, así que eso me hace algo responsable...

— No, no lo digas —interrumpí— él y solo él tiene la culpa, nadie más —aseguré— ni siquiera se te ocurra decir que tu eres culpable, porque no es así

Laurie agarró mi mano en apoyo.

— Quería pedirte que fueras conmigo al juzgado para declarar todo lo que te hacía, porque todo eso está mal

— Lo haré, Ninette

Nos despedimos después de unas palabras alentadoras y colgó, le di el teléfono de nuevo y él me sonrió del lado.

— Voy a comparte algo de comer, ¿si?, para que te sientas aún mejor —acarició mi mejilla con dulzura— Payton está en la sala, por cualquier cosa

Me tensé, él no lo notó.

Me incliné a él dejando un beso sobre sus bellos labios. Se levantó dejando otro beso en mi frente y salió de la habitación cerrando la puerta.

Escuché su voz con la de  Payton y unos segundos después la puerta de la entrada cerrarse.

No pasó mucho tiempo cuando escuché los pasos veloces de Payton a la habitación. Comencé a respirar con dificultad.

La puerta se abrió y medio cuerpo de Payton se asomó.

— ¿Puedo?

Asentí varias veces con tranquilidad. Cerró la puerta tras de él y caminó lentamente a donde antes Laurie estaba. Se incó en el piso viéndome y acarició mis manos.

— ¿Cómo estás? —preguntó suave.

No quería verlo a los ojos, lo juro, pero no lo pude evitar.

Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora