Sex Intructor® | 𝐏.𝐌 |

Perdóname

Capítulo cincuenta y nueve.

Narra Ninette.

En cuanto escuché la puerta cerrarse, me levanté de golpe para tomar mi teléfono y llamar a Halley para que viniera por mi.

Me estaba poniendo unos pantalones holgados, los que había dejado para el viaje, cuando escuché la puerta abrirse y cerrar e de nuevo.

— ¡Nena! —gritó mi mamá desde abajo.

— ¡Ay demonios! —grité en voz baja.

Tomé mi teléfono de nuevo y le envié un mensaje a Halley.

Halley<3
Mi mamá llegó, quédate en la esquina cuando llegues
Te aviso cuando se vaya

Aventé el celular a la cama y sin importarme que hubiera respondido botado o se hubiera quedado ahí, bajé las escaleras rápidamente.

— ¡Mami! —chillé al verla.

— ¿Cómo te fue con Halley? Cuéntame todo —pidió dándome un beso en la mejilla.

— Me fue muy bien, en realidad —sonreí para mis adentros.

Ella sonrió dando una caricia a mi cabello.

— ¿Te vas a quedar? —pregunté con suavidad, como si le estuviera rogando que se quedara.

Su sonrisa desvaneció y negó lentamente con la cabeza.

— Me dieron un ascenso, mi vida

— ¿En serio? —pregunté sonriente.

— Si —sonrió igual— pero me pidieron que fuera a atender a mis últimos pacientes para que mañana me den el relevo

Me estiré para darle un beso en la frente.

— Pues vete a bañar —señalé las escaleras.

Sonriente asintió y caminó a paso veloz en dirección a las escuelas.

Cuando la puerta del baño se cerró, subí corriendo a mi recámara. Me asomé por la ventana y vi el auto de Nick.

Me puse mis zapatos y me tiré a la cama respirando con rapidez. Mi teléfono comenzó a sonar en una llamada.

Halley<3

Respondí.

— ¿Todo bien, cariño? ¿Qué pasó con tu mamá? —preguntó con voz suave.

— Todo bien, está bañándose

— Bien, en lo que tu mamá se baña, vamos a recoger a Monica y a Jules —dijo muy tranquila.

Me levanté de la cama de golpe.

— Júralo

— Cien por ciento

— ¿¡Es en serio?! —chillé con emoción.

— Ellas insistieron

Tapé mi boca para evitar gritar de la emoción.

— Gracias Halley —sollocé.

— Hey... no es nada

Sonreí con ternura y emoción, miré por la ventana y ya no hi el auto ahí.

— Llámame cuando tu mamá salga

— De acuerdo

Colgué y me tiré al piso.

Por primera vez en todos estos días, me llegó a la imaginación mi vida junto a ellas, la nueva casa, la nueva ciudad, lo nuevo todo.

Llegó a mi imaginación mi vida con mi bebé.

Y de repente me golpeó la realidad de nuevo. Estoy dejando a Payton, el papá sin saber que lo es.

Dieron las siete y mamá se había despedido de mi, la abracé como nunca lo había hecho. La hiba a extrañar más de lo que me imaginaba en un principio.

Llamé a Halley y al poco rato llegó junto con Monica y Jules.

Las dos comenzaron a decir algunas tonterías y cosas sin sentido de lo que les gustaría hacer en cuanto llegáramos a Louisiana.

— Chicas, chicas abran paso —dijo una voz muy conocida— tenemos que sacar las cosas de Ninette y llevarlas al auto

Apareció entre las chicas y casi me da un paro cardíaco.

— ¿Harry?

— Em carne y hueso

Me abalncé sobre él y lo apreté fuertemente entre mis brazos mientras el me abrazaba por la cintura.

— Halley me dijo que necesitaban ayuda —murmuró para mi— yo llevaré sus cosas a Louisiana

Le agradecí una y mil veces. Los chicos subieron a mi habitación y metieron mis maletas en el auto de Harry.

— Ninette, ¿cómo estás? —preguntó Monica acariciando mi espalda.

— Me siento... algo nostálgica —admití— pero pasará

Me sonrió del lado y acarició mi espalda una última vez.

— Estaremos contigo... siempre

Todo estaba listo para irnos. Ya estábamos en el aeropuerto.

Monica se quedará unos días más para acomodar unas cuantas cosas. Ella me haría el favor de entregarles las cartas a mis padres, a Laurie y a Payton.

— Prometan que ne llamarán todos los días hasta que me una a la fiesta —pidió Monica.

— Lo prometemos —dijo Halley.

El comunicador del aeropuerto avisó que nuestro vuelo ya estaba por salir. Nos despedimos con emoción y tomé de la mano a Halley antes de que Nick la tomara.

Estábamos formados en el lugar donde tomarían nuestros boletos y Jules me jaló del brazo, lejos de Halley.

— ¿Quieres llamarlo? —susurró— antes de que Halley te pida que tires tu teléfono

Agaché la cabeza.

— No...

Jules apretó los labios queriendo decir algo, pero al final no lo hizo y solo asintió.

Ella fue la única que dijo que no sería mala idea decirle a Payton sobre mi embarazo, si él no lo quería nos iríamos como ahora, pero al final Halley y Monica ganaron con todos los argumentos posibles.

— ¡Niñas! —gritó Halley— ¿acaso quieren que el avíos nos deje?

— Lo siento mamá —canturreó Jules de forma graciosa.

Caminamos de nuevo a la fila y al llegar a la mujer que revisaba los boletos, le entregué el mío.

— Que tenga buen viaje —dijo con una sonrisa empalagosa.

— Gracias —dije con un nudo en la garganta.

Caminé por todo el túnel que llevaba al avión y una aeromoza me indicó mi lugar que está junto al  de Jules.

— Tú ve en ta ventana, odio las alturas —pidió ella.

Solté una risa y me deslicé por los asientos.

La imagen de mi novio me invadió, lo imaginé como la primera vez que lo vi y lo repetí una y otra vez.

— Perdóname