Obsequio

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Madelen se dirige al instituto, le choca sentir la gente recostada sobre ella, el roce de cada persona es algo que ella no tolera, el bus va lleno, es hora en que todo mundo se dirige a sus rutinarios trabajos, su cara lo expresa.
Llega al instituto, y allí está ese carro negro tan llamativo y sobresaliente, la elegancia se refleja en él.

Se dirige a clases con lilith, ahora llego antes que ella, habla un poco con Eliza, los tacones resuenan por el aula, la única loca que se pondría tacones sería la profesora, ninguna de las jovencitas se pondría esa tortura. Los tenis son más cómodos.

Su presencia retumba en el salón, todos prestan atención a lo que ella dice, están muy atentos, ella hace examen por todo, así que el distraído simplemente perdío.

Al finalizar la clase, lilith llama a madelen para decirle que la espera en su oficina, la menor se dirige a ese camino que conoce muy bien, su mano se digna a tocar la puerta pero cuando lo va a hacer un fuerte y claro, ¡Adelante! Hace temblar sus piernas aún más, ella no sabe lo que ha hecho, no tiene porqué estar aquí, y sabe que entre más cerca este de la tentación más posibilidades tiene de caer.

Abre la puerta lentamente la mayor está sentada en su silla, observando el show más nervioso que ha visto.

Madelen toma asiento.

- para que me mandó a llamar.
- te gusta ir al grano, a mi también. Solo quería darte esto.

Le extiende una cajita negra, allí está ese hermoso collar, madelen no se lo puede creer.

- por qué lo hace ? No he hecho nada para merecer está preciosura.

- te gusta?
- bromea, me encanta, es precioso.
- puedo ponertelo.
- es que no entiendo porque me lo da.
- es mi manera de pedirte disculpas.
- y vaya que disculpas más costosas. Madelen sabe que fue costoso porque ella lo vio allí en ese mismo lugar y pregunto por su precio.

La mayor tiene sus dedos cerca del cuello cálido de la madelen, en cambio la menor disfruta el tacto, algo frío y suave de esas manos.

- listo, te queda perfecto, tal como imaginé que te quedaría.

Sus dedos rozan suavemente el hombro de madelen, que está fundida en ese suave toque, pronto tocan a la puerta.

Para desdicha de lilith es su amiga, había olvidado que habían quedado para almorzar y su amiga quedó de pasar por ella, lilith abre la puerta y la intrusa entra con mucha confianza, pero su bonita actitud cambia cuando ve a la chica de Instagram sentada en esa silla. Olivia saluda cortes a la chica, y ese reluciente collar posa en ese cuello y piel joven, ya ha descubierto, para quién era. Y ahora no descansará hasta investigar lo que ya sospecha.

Amor enfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora