Juguete

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Volví a ser un juguete o quizás un premio que cambia de jugador a diario, ahora estoy en brazos de olivia, ella esta recorriéndome por completo, ya no es delicada como antes solía ser, ahora es muy ruda, incluso me toma de las muñecas y me reta a no tocarla, me tortura con sus caricias, con sus besos, ya olivia no es igual, y no se si me gusta, en cambio lilith ha sido mas delicada, me saborea con parsimonia, parece que hubieran cambiado aun que de vez en cuando se torna algo fuerte, pero siento que se esfuerza por tratarme con delicadeza. 

Ya no puedo seguir con este juego, tengo que decidirme, elegiré alguna si es que hay algo por elegir, mi corazón solo pide un nombre, el de lilith, creeré en el cambio que ha demostrado, simplemente creeré en ella.
Luego de terminar lo que estaba haciendo con Olivia y ella está recostada en mi pecho decido hacerle saber mi decisión.

- Olivia, tengo algo que decirte.

O: dime... Dice suspirando profundo.

- esto ya no está bien, ya no quiero seguir siendo el juguete de entretenimiento de ti y de lilith, e tomado una decisión y voy a intentarlo con lilith.

O: te has estado viendo con lilith, después de lo que te ha hecho, de verdad eres una ingenua, lilith no cambiaría por nadie, algo está planeando o algo así, además que necesidad tienes de estar con ella si conmigo la pasas bien, y además sin ningún compromiso.

- no se trata de eso, es que realmente ella me ha demostrado que ha cambiado.

O: enserio ha cambiado contigo, dice un poco melancólica.

- si, es más delicada, obviamente sigue siendo ella con sus ataques de rudeza pero creo que ha cambiado.

Ella se pone de pie, se para frente a mi así desnuda, dejando ver ese hermoso cuerpo.

O: todo esto que ves aquí es tuyo, puedes tocar y disponer de esto las veces que quieras, pero no vuelvas con lilith, te doy dinero si quieres.

- por quién me tomas si ni siquiera te pedí dinero cuando me acosté contigo y fueron varias veces mucho menos ahora, Olivia esto ya se acabó y punto, me duele romper tu corazón pero realmente ya no puedo con esta situación, no puedo ser de ustedes dos.

O: está bien, vete con ella que conste que te di segunda oportunidad de retractarte de lo que me dijiste, ahora pagarás las consecuencias con tu amor.
Ella se va enojada al baño yo me visto rápido y me voy a casa, a descansar, a dormir, ojalá pudiera tener un interruptor que me permita apagarme por unas horas o quizás para siempre, pero no lo tengo, entonces solo me queda divagar y torturarme con la significativa pregunta: ¿En qué o quién me he convertido?
Me desconozco totalmente, y divagando en esa pregunta caigo en los brazos del Morfeo...

Amor enfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora