Tentación

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La tentación llega de nuevo, cada una toma un extremo de su lazo correspondiente y lo vamos siguiendo, ya nos vamos metiendo más al bosque, que cada ves más se hace más espeso, pero el color del lazo va perfectamente guiándonos, nos mantenemos en total silencio, estamos juntas, mis labios es como si  hubieran sido cocidos, ni siquiera puedo hablar.

Llevamos mucho rato caminado en silencio, hasta que Lilith lo rompe.

L: cuando va a llegar al centro está maldita cosa.

- lo mismo me pregunto yo, tanto te incomoda mi compañía.

L: para nada, tu compañía es agradable porque no dices nada, aparte sabes que no me gusta estar entre la naturaleza, yo no soy mujer de estar metida con las ramas de los árboles golpeandome. Maldición.

Su cabello se quedó enganchado con una rama.

- la naturaleza oye y castiga.

Yo intento seguir mi paso.

L: no me puedo desenredar ayudame.

- sonaría más lindo con un por favor.
L: por favor me ayudas a quitarme está maldita rama del pelo.
- tampoco la maldigas.
L: me vas a ayudar o a darme sermones sobre la naturaleza.
- ya calma.

Yo me acerco lentamente, con mucha delicadeza intento desenredarlo pero esta complicado, así que para mayor comodidad me acerco más a su cuerpo, para poder enpinarme y llegar a su altura, al intentar pegarme a su cuerpo, piso una piedra incómoda así que termino de romper la cercanía y camino más hacia adelante quedando nuestros cuerpos pegados, de nuevo puedo sentir su calor, su aroma, bendita sea la rama que le atrapó el pelo, sinceramente nunca la deje de amar, sólo me guarde el amor que sentía por ella.

Ella me toma de la cintura, por fin pude desenredar su pelo, tuve que partirlo un poquito, bajo mis brazos lentamente y ella no me suelta, la miro directamente a los ojos, bajo y miro sus labios y de nuevo sus ojos, la tentación me está tocando en estos momentos, y no sé si pueda resistir mucho, ella hace el mismo recorrido que yo.

L: te extraño tanto.
- por favor no digas más.
L: por que habría de hacerlo? Si realmente extraño tu cuerpo, tus besos, tus caricias, te extraño a ti, a lo que eres, aún te sigo amando.
- por favor ya no digas más.
L: sientes lo mismo que yo, aún queda amor por mi?
- no te imaginas cuánto amor queda para ti.
L: perdoname.

Ella se lanza a besarme, y yo correspondo su beso, cuanto extrañaba sus labios, me toma más fuerte de la cintura y me pega más a su cuerpo si es que se puede, esperábamos tanto este momento que se ve reflejado en nuestro beso y en nuestras manos que se van a sitios donde no deberían.

Amor enfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora