Amor enfermo

Miradas

Madelen se dirige en bus al instituto, mientras que la mayor va en su coche, va a toda velocidad, no le importa, hoy se ha levantado tarde, se apresura a llegar rápido, pero llega justo a tiempo, se dirige al salón, ya todos están, pero menos la chica que la trae más perdida.

Se sienta a comenzar su clase, tocan la puerta, sus súplicas de ver a madelen se hacen realidad, allí está parada, cansada, con el rostro sudado, y luchando por mantener su respiración bajo control.

- llegas tarde.
- lo sé, tuve un percance.
- no perdono una llegada tarde, pero...haré una excepción.
La mayor escanea de pies a cabeza a madelen.
- no te quedarás afuera.
- entonces puedo pasar?
- no.
- entonces?
- espérame en mi oficina. En quince minutos llegó.
- ¡Qué!
La mayor da una de sus miradas fulminantes y madelen entiende que no es momento reclamar o decir lo contrario, y se marcha a la oficina de la que ningúno sale de buen semblante.

Madelen se dirige muy rápido, espera en la puerta y después de quince minutos exactos la mayor se asoma por el pasillo moviendo sus caderas majestuosas.

El hipnótico show es la gloria para madelen, luego de un rato que fueron segundos realmente, la mayor hace pasar a madelen.
Le hace un gesto para que se siente frente a su escritorio.

- quería disculparme, por lo que paso en la biblioteca el viernes.
La menor se muestra muy seria.
Lilith ya tiene un perfecto plan, empieza a llorar. Y con unas perfectas lágrimas en los ojos finjio arrepentirse.
- de verdad no quiero que me despidan. Traga en seco - yo lo hice porque...no sé, tu mirada tan dulce me ha vuelto un caos. Sus lágrimas son tan reales que la pobre chiquilla cae como corderito en el matadero.
Madelen se pone de pie y se pone de rodillas ante la mayor que está sentada figiendo llorar desconsolada, madelen le toma las manos y la mira a los ojos.

- la perdono.
- no dirás nada?
- no, nunca haría o diría algo para perjudicarla.

Pobre están ingenua, va como cordero al matadero, es un simple bicho que cayó en la telaraña de una viuda negra, tan llamativa y venenosa.

M: puedo contarle algo?
- si. Dice mientras se seca las lágrimas.
- a mí me gustó su atrevimiento.

La mayor sonríe satisfecha, y sin decir nada.
Se acerca peligrosamente y atrapa a su presa con sus suaves labios, y atrapa su cabeza con sus manos, profundiza este peligroso ritual.

Madelen, no sabes lo que te espera...