Capítulo 5

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Había pasado una semana y media desde que Jimin había aceptado ser tutor de Jungkook en todas las materias, y hasta ese punto, Jimin consideró muchas veces golpear su frente con la palma de su mano, pero no lo hizo porque no quería hacer sentir mal al chico que se esforzaba en aprender.

Jungkook era inteligente, sí, pero aprendía a un ritmo algo lento para su gusto cuando la presión no estaba sobre él.

Ya no era como en química que tenía que aprender en dos semanas sí o sí para pasar la materia. Ya que los parciales estaban bastante extensos, el atleta creía que podía dejar de prestar atención cuando quería por el simple hecho de que no estaba presionado. Y aunque si entregaba tareas casi perfectas después de estar bajo la supervisión de Jimin, y muchos profesores lo habían felicitado por estar subiendo sus notas, en la última semana, la mayoría del tiempo se la pasaba haciéndose el tonto con las chicas que se sentaban junto a su mesa en el BigBoy.

—Jungkook —lo llamó—, hey.

El chico ni siquiera le estaba haciendo caso, estaba más concentrado hablando con esa porrista que en poner atención en sus tutorías de álgebra.

—Jungkook —llamó por segunda vez.

—Espera —le hizo una seña, escuchando lo que la chica le estaba susurrando al oído.

Jungkook rió ante lo dicho por la porrista, y eso fue todo para Jimin.
Cerró su libro y comenzó a guardar sus cosas en su mochila. No sé quedaría ahí a esperar otra media hora en la que Jungkook sólo estaría riéndose y secreteándose con una chica mientras él esperaba a enseñarle.

Se echó la mochila al hombro y para cuando Jungkook se dio cuenta, el rubio ya estaba caminando en dirección a la salida del lugar.

—Mierda —guardó sus cosas rápidamente y miró a la porrista—, Lo siento, Nancy, hablamos después.

Fue detrás de Jimin, alcanzándolo en la banqueta. Lo tomó del brazo y lo detuvo.

—Hey, ¿Qué demonios pasa contigo?

— ¡¿Conmigo?! —El rubio volteó. Estaba molesto—. Tus eres quién me está haciendo perder mi tiempo, mientras coqueteas con todas esas chicas mientras yo espero a enseñarte, algo que ni siquiera es mi maldita obligación.

—Yo estaba dispuesto a pagarte, tú dijiste que lo harías sin pedir nada.

—Eso no significa que puedes hacerme perder el tiempo —se soltó del agarre de Jungkook—. Has mejorado en tus calificaciones, sí, pero si sigues así volverás a sacar notas deplorables.

—Sólo estaba hablando con una amiga, pudiste esperarme un momento.

—Te esperé treinta minutos —soltó con la mandíbula algo tensa. Se sacó las gafas, tallándose los ojos, estaba completamente molesto—. No puedes hacerme esperar por ti cuando el que necesita aprender eres tú. Y no voy a esperar otra media hora a qué tú te decidas si ponerme atención a mi o esa chica.

—Vamos Park, estaba distraído. Es que Nancy es una chica tan linda... —sonrió ladino—. ¿Qué nunca has visto a las chicas lindas y te has quedado como un tonto viéndolas?

La verdad era que no. Jimin jamás se había fijado en las chicas de esa manera, y las únicas referencias cercanas eran sus hermanas a las cuáles los demás hombres consideraban bonitas, pero ellas eran sus hermanas. También estaban las chicas que visitaban el bar pero ellas eran lesbianas, y aunque fueran muy lindas, Jimin jamás se había fijado en ellas de esa manera. Jamás le había gustado alguien.

—Eso no justifica que seas un tonto y me dejes de lado por ellas —desvió la mirada al suelo—. Comprendo que seas popular con las chicas y que ellas te gusten y todo eso, pero cuando estemos en tutorías sólo debes de concentrarte en eso. ¡Y ni siquiera me has mostrado tu tarea de Historia!

Stand by MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora